La digitalización del ámbito escolar echó a andar hace ya unos años. Sin embargo, la irrupción de la pandemia en nuestras vidas a puesto de manifiesto que «las reglas del juego están cambiando para estudiantes y educadores» , en palabras de Marc Sanz, responsable de Google for Education para Europa meridional, central y oriental, Oriente Medio y norte de África.
Audrey Azoulay , directora general de la UNESCO, es tajante al afirmar que «nunca antes habíamos visto una disrupción de la educación a esta escala». Las cifras son elocuentes: según ha contabilizado Google 140 millones -entre alumnos y profesores- han hecho uso de la herramienta del gigante tecnológico para compartir materiales entre la comunidad educativa.
Los padres, cada vez más implicados
Google Classroom , que permite dar clase de forma telemática, ya cuenta con 100 millones de usuarios activos en todo el mundo . Una dinámica para impartir clase que crece exponencialmente y que, en horas, es equivalente e a «1.300 años de enseñanza» en un solo día.
Marc Sanz ha insistido en cuatro principios que guían a Google en el desarrollo de estas herramientas educativas: la facilidad de uso, su flexibilidad, la garantía de privacidad y seguridad en los datos y la promoción de colaboración entre usuarios. Cuestiones que tranquilizan a unos padres que, con el aprendizaje en remoto, «se han implicado aún más intensamente en la educación de sus hijos» , como ha apuntado Sanz.
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