Clase de Religión en el IES Fidiana en Córdoba
Clase de Religión en el IES Fidiana en Córdoba - Roldán Serrano

Se dispara el número de alumnos que cursa Religión en Bachillerato

En el primer año de entrada en vigor de la Lomce en 1º de Bachillerato, el porcentaje de alumnos inscritos ha aumentado un 7,8%

Madrid Actualizado: Guardar
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El 49 por ciento de los alumnos de Bachillerato de centros públicos y concertados ha optado por apuntarse a la asignatura de Religión este curso escolar 2015-16. En solo un año, el número de estudiantes que recibe enseñanza religiosa católica en esta etapa académica se ha disparado casi un 8% al pasar del 41,2% al 49%, una cifra que no se alcanzaba desde el curso 2007-08. Solo en los centros estatales, el número de alumnos ha pasado del 23,7% de 2014-15 al 39% un año después, según datos publicados este lunes por la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

La entrada en vigor de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) en 1º de Bachillerato este curso 2015-16 podría estar detrás de este incremento, según explica a ABC el secretario general de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (FeCCOO), Francisco García, quien señala que con esta nueva norma la enseñanza de la Religión Católica ha pasado a ser una materia evaluable, por lo que cuenta para la nota media de Bachillerato.

«El hecho de haber dado rango académico a esta asignatura de cara al PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) ha producido un aumento en las matriculaciones», añade.

Además con la Lomce, esta materia se sitúa en el bloque de asignaturas optativas, por lo que en algunas comunidades autónomas, «como en Madrid, los alumnos se ven en la tesitura de escoger entre un segundo idioma –francés generalmente–, Tecnologías de la Información o Anatomía Aplicada y muchos prefieren lo más sencillo», indica García.

Este sindicato no tiene constancia del número de comunidades en las que la asignatura de Religión se ofrece como una optativa más entre 2º Lengua Extranjera, Tecnología Industrial, Lengua y Práctica Musical, Dibujo Técnico, Dibujo Artístico, Anatomía Aplicada, Análisis Musical, Cultura Científica, etc. «Este repunte de casi el 8% en las matriculaciones demuestra que es un fenómeno bastante generalizado en todo el Estado, ya el número de alumnos que estudian la asignatura en Madrid no es suficiente para que se haya disparado tanto la cifra», apunta.

La Lomce acabó además con una vieja discriminación que sufrían los alumnos que optaban por Religión, ya que se impartía al final de la jornada escolar por lo que los alumnos que no optaban por ella podían salir antes de clase. Esto también podría haber ayudado a aumentar el alumnado, según apuntan fuentes del profesorado de Religión.

El número total de alumnos que se apuntaron a la materia no siguió, sin embargo, la misma tendencia que en Bachillerato. En el actual curso, el 63% está incristo en esta materia, un 0,5% menos que un año antes. En los últimos cinco cursos esta asignatura de oferta obligatoria pero de opción libre ha perdido un ocho por ciento del alumnado, al pasar del 71% del curso 2010-11 al 63% del actual curso.

«Censura de la dimensión religiosa»

Este año escolar 3.666.816 alumnos reciben enseñanza religiosa católica de un total de 5.811.643 de alumnos escolarizados. En los centros públicos, el 53% de los estudiantes cursa esta asignatura contra el 97% de los centros de titularidad canónica. La comisión de Catequesis de la CEE señala que este descenso, «no es muy significativo, contando con las dificultades por las que pasa esta enseñanza».

Los obispos atribuyen la leve caída de este curso «a la secularización que vive nuestro país, que introduce una censura de la dimensión religiosa de la persona humana» y recuerda que la enseñanza religiosa escolar «forma parte del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones religiosas».

«Invitamos, pues, a los padres a que defiendan sus derechos a educar a sus hijos según las convicciones religiosas y morales que ellos elijan. La eliminación de estas libertades debilita significativamente nuestra democracia y conduce a la imposición de un paradigma antropológico que, en ocasiones, se opone a la recta razón y a la revelación cristiana», advierten en una nota.

Asimismo, señalan que en «una sana democracia», las administraciones centrales y autonómicas «deben favorecer de modo subsidiario dicha educación elegida por la familia o los propios estudiantes, sin intentar imponer otras concepciones éticas». «Al Estado no le corresponde imponer su visión del mundo y del hombre ni una ética determinada sino servir al pueblo, formado por diversas sensibilidades, credos y formas de entender la vida», concluyen.

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