Decenas de bebés nacidos por gestación subrogada se quedan varados en Ucrania

Hace poco más de un mes, siete familias españolas con niños nacidos por «vientres de alquiler» pudieron regresar desde Kiev a España

Dos enfermeras cuidan de bebés nacidos de gestación subrogada EFE

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La fotografía de 35 bebés en su cunitas en una habitación del hotel Venice de Kiev, la capital de Ucrania, ha dado ya la vuelta al mundo y conmocionado a quienes la han visto y saben que fueron concebidos por gestación subrogada y ahora están casi abandonados, sin unos progenitores que se hagan cargo de ellos. No son los únicos, hay más de un centenar de ellos en total repartidos por toda Ucrania y quienes se consideran sus padres legales, todos ellos extranjeros, no pueden ir a buscarles a causa del cierre de fronteras impuesto por la pandemia de COVID-19.

El problema ha saltado ya a la Rada Estatal, el Parlamento ucraniano, cuya encargada de Derechos Humanos, Liudmila Denísova, ha tomado cartas en el asunto para tratar de encontrar una solución . Según sus datos, «más de cien bebés esperan a sus padres en varios centros médicos». Denísova advierte que hay mujeres ucranianas embarazadas de acuerdo con los contratos de vientres de alquiler ya firmados y, si se prolonga la actual situación de confinamiento, «seguirán naciendo niños (...) cuyo número podría llegar casi al millar».

Una cincuentena de bebés

La responsable parlamentaria explica que una clínica de la capital ucraniana, Biotexcom se ha podido saber, organizó el nacimiento de una cincuentena de bebés , de los que 15 se encuentran con sus padres, que pudieron entrar en Ucrania antes de que se decretase el cierre de fronteras, y 35 son los que se encuentran en el hotel Venice custodiados por enfermeras. A su juicio, todo está bajo control y, llegado el momento, serán entregados a sus padres.

Pero, según ella, no se ha regulado adecuadamente un procedimiento para que, incluso en la actual situación de pandemia, los interesados puedan obtener permiso y trasladarse a Ucrania para hacerse cargo de sus hijos. Al parecer, no hay órdenes claras del Gobierno ucraniano y, por eso, los consulados del país en el extranjero no pueden despachar los correspondiente visados. El grueso de estos padres son franceses y españoles.

Al mismo tiempo, organizaciones internacionales en pro de la abolición de la maternidad subrogada, entre ellas la española Red Estatal Contra el Alquiler de Vientres (RECAV), han enviado una carta al presidente ucraniano, Volodímir Zelesnki, pidiéndole que actúe para que los niños atrapados en ese limbo dejen de estarlo y sean puestos en manos de sus madres biológicas, familias de acogida o enviados a orfanatos.

En la misiva señalan que «la situación de estos niños, varados en Ucrania debido a las medidas de protección relacionadas con la pandemia actual, es sintomática de los daños que ocasiona la subrogación transnacional ». Exigen además una investigación exhaustiva de las clínicas que se dedican a este negocio, de las condiciones en las que operan y de sus «clientes». Presionan además para que impidan el acceso a Ucrania a quienes encargaron los bebés por subrogación.

Amparados por la legislación

Pero la Asociación por la Gestación Subrogada en Georgia y Ucrania (Apingu) pide «la protección urgente e igualitaria de estos niños, como si de forma natural se hubieran concebido». «Necesitan urgentemente que sus padres podamos acceder a ellos conforme a nuestro mayor deber y deseo, para tomarles en brazos, sacarles de allí y proporcionarles un hogar». Los padres ya denunciaron el mes pasado que los bebes se encuentran «solos» en Ucrania y Georgia y no hay manera de viajar allí para recogerles

Ucrania ha sido mientras no se desató la pandemia del coronavirus una de los países preferidos por los padres que desean tener hijos mediante los vientres de alquiler porque su legislación lo permite , aunque solamente para las parejas heterosexuales casadas y reconocidas infértiles, y por los relativamente accesibles precios, en torno a unos 30.000 euros.

Hace poco más de un mes, siete familias españolas con bebés por gestación subrogada pudieron regresar desde Kiev a España, tras haber estado allí un tiempo atrapadas. Apingu acusó entonces al Ministerio de Exteriores español de «abandonar» a los menores por negarles, según la asociación, la posibilidad de expedirles pasaportes o algún tipo de salvoconducto para poder viajar a España.

Exteriores, por su parte, respondió que no se pueden extender tales documentos a los bebés nacidos por gestación subrogada, ya que una instrucción de febrero de 2019 prohíbe la inscripción de estos menores en el registro civil del consulado español en Kiev.

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