La clínica a la que Noa Pothoven pidió ayuda para morir practica la eutanasia a más de 400 personas al año

La organización asegura que podrá «ayudar» a más de 500 en los próximos años

A Noa la vida se le hacía imposible de soportar ABC

Cynthia Falcón

«Seré directa: en el plazo de diez días habré muerto. Estoy exhausta tras años de lucha y he dejado de comer y beber. Después de muchas discusiones y análisis de mi situación, se ha decidido dejarme ir porque mi dolor es insoportable». Esas fueron las palabras exactas que utilizó Noa Pothoven el pasado sábado en su cuenta de Instagram para despedirse de sus amigos y seguidores en esta red social.

La joven, de 17 años de edad, fue violada por su primo cuando solo era una niña, episodio que nunca logró superar y tras el que sufrió un trastorno de estrés postraumático, una prolongada depresión y anorexia. Según cuenta el libro autobiográfico que escribió, «Ganar o aprender», la vida se le hacía imposible de soportar.

Captura de pantalla del último post que subió la joven Instagram

La eutanasia es legal en Holanda desde 2001 , el mismo año en el que nació Noa, que cuando cumplió los 16 y sin decírselo a sus padres, acudió a Levenseindekliniek (El final de la vida), una clínica especializada en esta práctica. Tras pedir abiertamente que le quitasen la vida hace solo unos meses, los médicos y las enfermeras le dijeron que no era posible porque ni siquiera tenía el cerebro desarrollado. Aconsejaron a la joven esperar hasta los 21 años para acudir de nuevo pero ella «no podía esperar tanto» y buscó otras vías posibles. Finalmente su muerte se produjo en su casa aunque aún se desconoce si contó con la ayuda de otra «clínica para el final de la vida» o si fue por dejar de comer y beber.

Debido a la ingente cantidad de peticiones de contacto, desde Levenseindekliniek se han emitido un comunicado oficial para desmarcarse de lo ocurrido. «Para poner fin a los informes incorrectos (en particular a los medios extranjeros) sobre su muerte, nos referimos a la declaración hecha por los amigos de Noa esta tarde: Noa Pothoven no murió de eutanasia. Para detener su sufrimiento, ella ha dejado de comer y beber», han explicado en su página web oficial.

El número de solicitudes crece cada año

Levenseindekliniek se creó en marzo del año 2012 , cuenta en su sitio web. Aunque por aquel entonces solo contaba con un pequeño equipo formado por médicos y enfermeros, hoy se ha convertido en una organización de más de 50 equipos especializados que cuenta con un personal cualificado para gestionar todas las solicitudes que llegan sus oficinas.

Según exponen, las peticiones crecen cada año y solo en 2016 facilitaron la muerte a más de 400 personas que solicitaron sus servicios. De este número, alrededor del 30% padecían cáncer, un 35% tenían otra enfermedad somática y el 9% eran pacientes psiquiátricos.

Acompañando unos datos y unas cifras que van a crecer en los próximos años, según aseguran, la clínica muestra una imagen de dos personas felices y abrazadas que nada evocan el trance que están a punto de pasar que es que las ayuden a morir.

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