CHINA«Para nosotros, el fin de la política de hijo único llega cinco años tarde»

La señora Wang, empleada de un banco estatal, tuvo que abortar de su segundo embarazo para no ser expulsada del Partido Comunista ni multada

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Nada más conocer ayer la derogación de la «política del hijo único», el señor Wang (nombre ficticio bajo el que oculta su identidad) se lamentaba por su mala suerte. «Para nosotros, llega cinco años tarde», se quejaba amargamente. En 2010, su esposa, empleada de un banco estatal y miembro del Partido Comunista, se vio obligada a abortar al quedarse embarazada porque ya tenía una hija. Aunque la familia, que disfruta de una posición acomodada, podía haber pagado la multa por tener un segundo vástago, su nacimiento habría supuesto la expulsión de la mujer del Partido y el fin de sus privilegios.

Además del sufrimiento físico, la interrupción del embarazo causó un trauma a la pareja, que hoy sí podría tener otro bebé.

«Lo hemos pensado, pero ya somos mayores y no tenemos la energía suficiente para criar otro hijo. Hace cinco años, sí, pero hoy no», explica el señor Wang, que tiene ya 46 años, mientras su mujer anda por los 44.

Estos dramas familiares son algunos efectos colaterales de la «política del hijo único» en China, que ciertas autoridades impusieron a base de abortos forzados y esterilizaciones masivas. Así ocurrió en la provincia de Shandong, según denunció el abogado y disidente ciego Chen Guangcheng, cuya lucha contra tales abusos le llevó a la cárcel y, posteriormente, al exilio en Estados Unidos. «¡Cría cerdos, no niños!», rezaban algunas proclamas en los pueblos.

Además, la «política del hijo único» ha provocado un grave desequilibrio de géneropor la tradicional preferencia por el varón en Asia. Por debajo de los 20 años, en China hay 32 millones de hombres más que de mujeres. La media nacional es de 117 varones por cada 100 niñas, algo anómalo en el mundo, donde hay 1.050 niñas por cada 1.000 varones. En China, las familias prefieren tener hijos porque los varones cuidarán de los padres cuando sean mayores, mientras que las mujeres se marcharán a vivir con el marido y atenderán a su familia política.

Por su parte, las minorías étnicas podían tener dos hijos, o tres en algunos casos, pero las autoridades también les presionaban con campañas de concienciación para evitar las familias numerosas y, en ocasiones, con esterilizaciones y abortos forzosos.

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