Catástrofe ecológica en el Ártico ruso

Putin eleva a nivel federal el estado de emergencia por un abundante vertido de combustible en la ciudad siberiana de Norilsk

Un equipo analiza el vertido de combustible diésel al río Ambárnaya, cerca de la ciudad siberiana de Norilsk TASS

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El presidente ruso Vladímir Putin ha elevado a nivel federal el estado de emergencia que las autoridades de la región siberiana de Krasnoyarsk tuvieron que declarar en toda la zona de la península de Taimir después de que unas 20.000 toneladas de combustible diésel pertenecientes a una central térmica situada cerca de la ciudad de Norilsk se derramaran tras la rotura de un deposito. El carburante ha alcanzado los ríos Ambárnaya y Daldikán, ya fuertemente contaminados por otros vertidos anteriores de la industria del níquel y cuyas aguas han quedado teñidas de color púrpura.

Los ecologistas califican lo sucedido de «catástrofe» y creen que las consecuencias serán muy graves no solo para el medio ambiente, sino también para las personas. Los equipos de limpieza llegados desde distintos puntos de Rusia calculan que hará falta por lo menos un mes para eliminar el vertido en una región cuyo ecosistema es ya frágil debido a la contaminación industrial y al cambio climático. Muchas especies protegidas se encuentran en peligro.

El canal de televisión ruso Izvestia cuenta que, el pasado 29 de mayo, un automóvil se incendió, afortunadamente sin consecuencias para su único, al circular dentro del territorio de la central térmica número 3 de Norilsk por una vía que estaba totalmente encharcada por el diésel procedente de un depósito que reventó al desplomarse los soportes, al parecer, tras 30 años de servicio sin que hasta ese momento hubieran causado problemas. La llamas se propagaron después a lo largo de casi 400 metros cuadrados.

La central pertenece a la compañía energética Norílsko-Taimírskaya (NTEK en sus siglas en ruso), que es una filial del poderoso Norilski-Níkel, el mayor productor mundial de níquel y paladio. Ahora, los equipo de Protección Civil luchan colocando barreras en los ríos Ambárnaya y Daldikán para evitar que el líquido tóxico desparramado llegue hasta el enorme lago Piásino, de ahí al río del mismo nombre y termine contaminando también el mar de Kara.

Todo ello en el entorno de la península de Taimir, el trozo de territorio más septentrional del continente euroasiático, ubicado entre los golfos que forman los mares de Kara y Láptev en las desembocaduras de los ríos Yeneséi y Jatanga . La península tiene 400.000 kilómetros cuadrados de superficie, algo menos que la de España, y aloja en su seno una variada fauna que incluye al zorro ártico, el armiño, el oso polar, el reno, la foca y numerosas especies de aves y peces.

Norilsk recibe su agua potable de pozos subterráneos y directamente del río que la atraviesa, que lleva el mismo nombre. Sin embargo, el jefe local del órgano de control Rospotrebnadzor, Andréi Pershin, declaró a las agencias rusas que el suministro de agua está fuera de peligro al no haber quedado contaminados los manantiales que surten la ciudad. En el río Norilsk, según Pershin, tampoco se han detectado trazas de combustible en los análisis efectuados.

Pero la inflamación del diésel y los trabajos de extinción dificultaron en un primer momento que pudiera localizarse y eliminarse el derrame a tiempo. Las llamas alcanzaron otros depósitos de los nueve con los que cuenta la planta . Por añadidura, según reconoce Iliá Gorláyev, jefe de un equipo de operarios llegados desde Múrmansk, en algunos tramos «la única forma de eliminar el carburante es quemándolo».

Cadena alimentaria

En declaraciones a Izvestia, el director del Instituto de Ecología de la Escuela Superior de Economía, Borís Morgunov , asegura que «la fuga de combustible puede llegar a ser peligrosa para el ser humano si las sustancias tóxicas entran en la cadena alimentaria». Según sus palabras, el diésel es mucho más tóxico que el petróleo y contiene compuestos químicos que interactúan con el agua, se disuelven y se no son detenidos por los filtros.

La Agencia Estatal de Pesca de Rusia (Rosribolovstvo) ha advertido que harán falta «décadas» para que un río de la zona ártica se pueda recuperar de un vertido tan significativo. El portavoz de Rosribolovstvo, Dmitri Klokov, habla de «catástrofe ecológica».

Norilsk, ciudad con 181.000 habitantes vinculados en su mayoría al gigante Norilski-Níkel, se ha considerado siempre uno de los puntos más contaminados del planeta. Pero las autoridades municipales y Norilski-Níkel aseguran que se ha hecho mucho y se seguirá haciendo para mejorar el medio ambiente en todo el entorno. Para viajar allí los extranjeros necesitan un permiso especial. Norilsk fue fundada en la época estalinista por los prisioneros de los Gulags .

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