Baleares elige el medio ambiente antes que el turismo

Las islas invierten la tasa turística en proyectos centrados en la sostenibilidad

La posidonia forma extensas praderas en las aguas baleares FOTO CEDIDA A ABC POR MANU SAN FÉLIX

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La protección del medio ambiente se ha convertido en uno de los principales objetivos para las Islas Baleares que, desde hace un tiempo, ha aprobado una serie de medidas para paliar las consecuencias que factores como la contaminación o el turismo masivo han tenido en el entorno. Desde 2016, la comunidad autónoma recauda el Impuesto del Turismo Sostenible (ITS) , una tasa que asumen todos aquellos que pernoctan en cualquiera de sus islas. La recaudación de este impuesto se destina a seis objetivos, entre los que se encuentra el medio ambiente.

«La primera de las finalidades es la protección, preservación y recuperación del medio ambiente. Eso significa, por ejemplo, mejoras en parques naturales protegidos y un esfuerzo para la conservación de los ecosistemas naturales y de la fauna y flora autóctonas», explica Jaume Alzamora , director de la Agencia de Estrategia Turística de las Islas Baleares (AETIB). Para ello, el dinero recaudado por el turismo –aproximadamente 200 millones de euros desde que se implantó– se destina a distintos proyectos repartidos en todas las islas.

Descontento en el sector

Sin embargo, no todos los implicados están de acuerdo con la aplicación del citado impuesto, pues las previsiones del turismo para esta temporada muestran un descenso del 15% del mercado alemán y de un 8% del mercado británico, tal como contaba en estas páginas Josep Maria Aguiló. El sector hotelero y de la restauración culpa de esta desaceleración al impuesto turístico, cuyo importe se incrementó en 2017 y depende de la categoría de los establecimientos, así como de la temporada en la que se visiten las islas.Así, una persona que se aloje en un hotel de cinco estrellas o de cuatro estrellas superior entre mayo y octubre deberá abonar cuatro euros más por noche, mientras que si lo hace entre noviembre y abril, solo deberá pagar un euro.

La polémica, además, gira también en otras direcciones relacionadas con el medio ambiente, pues Formentera ha prohibido a partir de este verano la libre circulación de vehículos por la isla. A partir de ahora, los turistas que decidan llevar su coche para poder moverse durante sus vacaciones deben solicitarlo mediante un formulario. Así, entre el 1 de julio y el 31 de agosto de este año podrán circular cada día por la isla pitiusa un máximo de 2.280 coches y de 230 motos de visitantes, que además deberán abonar un extra para poder hacerlo. « Es el proyecto más ambicioso con respecto a la limitación de tráfico », explica Alzamora, aunque reconoce que el problema en este sentido se encuentra en las empresas que se dedican al alquiler de coches, algo muy frecuente en las islas por quienes las visitan. Muchos de los vehículos, dice, no están matriculados en Baleares, por lo que el Gobierno autonómico se plantea introducir un impuesto específico para este tipo de compañías.

La instalación de puntos de recarga públicos para fomentar el vehículo eléctrico también forma parte de sus planes, aunque todavía no se ha ejecutado. Lo que sí se ha establecido es la prohibición de la circulación de coches y motos de diésel a partir de 2025.

La protección del mar

El mar, el gran valor de las islas, es uno de los principales destinatarios del dinero recaudado por el impuesto turístico . El verano pasado, se aprobó el Decreto sobre la conservación de la Posidonia oceánica, una planta del Mediterráneo que forma extensas praderas en las aguas de las Baleares y cuya conservación se ha visto peligrar en los últimos años, especialmente por la actividad en el mar.

Son tres los proyectos que utilizan el dinero recaudado por las pernoctaciones de los turistas para conservar la posidonia. Uno es el de «Somos Posidonia : Señalización y comunicación del paisaje submarino de posidonia y navegación recreativa», que consiste en instaurar elementos informativos y de sensibilización para fomentar su conservación, tales como la creación de un teléfono en el que los navegantes puedan resolver dudas sobre sus actuaciones respecto a la planta o la instalación de boyas informativas para que sepan qué lugares se deben evitar para no dañarla.

También se está realizando una cartografía de la posidonia que recopile todos los puntos del Archipiélago en los que se encuentre la planta para, entre otras cosas, crear aplicaciones y herramientas que faciliten a los usuarios saber si se encuentran en zonas donde el fondeo esté permitido o no . En este sentido, también se está impulsando la creación de centros de interpretación e investigación para actividades relacionadas con el espacio natural protegido, como en el Parque Natural Marítimo-Terrestre de Es Trenc-Salobrar de Campos , donde se está rehabilitando una antigua escuela que sirva como infraestructura para promover la divulgación de este espacio natural.

El óptimo aprovechamiento del agua es también uno de los objetivos de los proyectos. En el Parque Natural de s’Albufera , en Mallorca, se ha excavado un canal para facilitar la llegada del agua al paisaje y mejorar las explotaciones agrícolas.

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