El cardenal George Pell será procesado por abusos sexuales en un tribunal de Melbourne

El secretario de Economía del Vaticano se fue en excedencia a Australia hace 10 meses y nadie le echa de menos

El cardenal George Pell sale del Tribunal de Magistrados de Melbourne EFE
Juan Vicente Boo

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El cardenal australiano George Pell , secretario de Economía del Vaticano en excedencia desde el pasado mes de junio, será procesado por abuso sexual de menores a partir de este miércoles 2 de mayo en un tribunal de Melbourne, según ha decidido el martes la magistrada Belinda Wallington al cabo de un mes de audiencias previas en las que descartó las acusaciones más graves .

El corpulento cardenal Pell, que se declaró «no culpable», será juzgado en la segunda ciudad de Australia -con cinco millones de habitantes en el área metropolitana-, de la que fue arzobispo desde 1996 al 2001, año en que fue nombrado arzobispo de Sidney, la más populosa del país.

Pell es el cargo de mayor nivel en la Curia romana sometido a proceso por delitos de este tipo pero no es en absoluto el «número tres» del Vaticano, responsabilidad que ocupa el vicesecretario de Estado Ángelo Becciu. Su cargo es uno de los once prefectos del cuarto nivel, en el que son mucho más importantes los de la Congregación para la Doctrina de la Fe o de los Obispos.

El cardenal australiano, que ha dado muchos disgustos al Papa Francisco, lleva treinta años haciendo frente a sospechas de falta de energía frente a los abusos sexuales de sacerdotes desde que fue nombrado obispo auxiliar de Melbourne en 1987.

El nivel de las acusaciones subió al grado de criminal en 2002 cuando un adulto presentó denuncia por presuntos abusos varias décadas antes cuando era joven seminarista. El entonces arzobispo de Sidney se auto suspendió voluntariamente del cargo durante una investigación que concluyó por falta de pruebas. Despejadas las sospechas, Juan Pablo II le nombró cardenal en 2003 .

Pero en marzo de 2013, la policía del estado de Victoria, al que pertenecen tanto Melbourne como Ballarat -la ciudad natal de Pell, donde ejerció el sacerdocio durante 16 años-, abrió una nueva investigación que llevó a la presentación formal de cargos en junio de 2017.

El pasado 29 de junio, mientras el resto de los cardenales se disponían a celebrar con la Papa la misa de la fiesta de San Pedro y San Pablo, George Pell se presentó inesperadamente en la sala de prensa del Vaticano para anunciar que tomaba una excedencia de duración indefinida para comparecer ante los tribunales de su país por presuntos delitos de hace tres o cuatro décadas. El cardenal se declaraba con vehemencia inocente: «Las acusaciones son falsas, y considero la mera idea de abusos sexuales un crimen horrible».

Las demandas contra Pell fueron presentadas a raíz de las negligencias y delitos sacados a la luz por una Comisión Real -el máximo nivel investigativo- encargada durante varios años de estudiar el problema crónico de los abusos sexuales en Australia , una especie de plaga nacional en muchas instituciones privadas y estatales. Según la comisión, en la segunda mitad del siglo XX se dieron abusos en más de mil instituciones católicas -escuelas, parroquias seminarios, etc.- a lo largo de todo el país.

Las acusaciones de « varias personas », presentadas por la policía del estado de Victoria, se refieren a presuntos abusos cometidos por Pell entre 1976 y 1980, cuando era sacerdote en Ballarat y entre 1996 y 2001, cuando era arzobispo de Melbourne.

Ballarat, una antigua ciudad minera surgida de la nada a 120 kilómetros de Melbourne durante la «fiebre del oro» de 1851, ha vivido en un ambiente que mezcla ambiente de «Far West» y de clericalismo irlandés. La incidencia de delitos en esa ciudad que hoy tiene 100.000 habitantes era muy alta, pues 140 personas refirieron a la Comisión Real haber sufrido abusos sexuales entre 1980 y 2015.

Las dos acusaciones más graves

Al término de casi dos meses de audiencias previas, la magistrada Belinda Wallington ha desestimado las dos acusaciones más graves : la de haber tocado los genitales de un muchacho en Ballarat en los años setenta del siglo pasado, y la de haber asaltado a dos muchachos del coro de la catedral de Melbourne en los años noventa.

En cambio, ha ordenado el procesamiento por acusaciones de menor entidad presentadas por varios demandantes cuya identidad se desconoce debido a la protección de privacidad de que gozan estos casos.

El cardenal Pell se ha mantenido en silencio en casi todas las audiencias a las que ha comparecido siempre vistiendo de «clergyman» en negro con una americana beige o gris clara.

Sea cual sea el resultado del proceso, la comparecencia de un cardenal en el banquillo es una seria advertencia que contribuirá a la erradicación de estas conductas.

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