El Papa durante un momento de la audiencia general de los miércoles
El Papa durante un momento de la audiencia general de los miércoles - afp

Papa Francisco: «Los niños pagan el precio de uniones inmaduras y de separaciones irresponsables»

Sus sufrimientos son una acusación «al sistema que hemos construido los adultos»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En una fuerte denuncia de los abusos que sufren decenas de millones de niños víctimas del trabajo infantil, enrolamiento forzoso como « niños soldado», abusos sexuales, violencia doméstica, situaciones de pobreza y de guerra, etc. el Papa Francisco afirmó el miércoles que su sufrimiento «es un grito que sube a Dios y que acusa al sistema que nosotros, los adultos, hemos construido».

La segunda audiencia general sobre los niños, estuvo dedicada específicamente a sus problemas. El Santo Padre lamentó que ante los casos de pobreza, fragilidad, abandono, etc. «alguno se atreva a decir para justificarse que ‘ha sido un error traerles al mundo’. ¡Esto es vergonzoso! No descarguemos sobre los niños las culpas nuestras. ¡Por favor! ¡Con los niños no se juega!».

Ante más de cincuenta mil peregrinos que acudieron a la plaza de San Pedro a pesar del frio y el viento, Francisco advirtió que «también en los llamados países ricos muchos niños sufren dramas que los marcan de modo grave a causa de la crisis de la familia, del vacío educativo y de condiciones de vida a veces inhumanas. Son infancias violadas en el cuerpo y en el alma».

Según el Obispo de Roma, «demasiadas veces recaen sobre los niños los efectos de vidas desgastadas por un trabajo precario y mal pagado, horarios insoportables, transportes ineficientes… Pero pagan también el precio de uniones inmaduras y de separaciones irresponsables».

Las palabras del Papa eran duras, y la lista de sufrimientos era dolorosamente larga. En la última catequesis previa a la Semana Santa, Francisco había hablado con entusiasmo de los bienes que los niños traen consigo, pues humanizan a los adultos, les enseñan a reír, a llorar, etc.

Esta vez, la denuncia de los sufrimientos era una invitación a hacer examen de conciencia personal y a actuar con responsabilidad.

Por eso Francisco terminó con una advertencia: «El Señor juzgará nuestra vida escuchando los que le cuentan los ángeles de los niños que, según Jesús, ‘ven siempre el rostro del Padre que está en los cielos’. Preguntémonos siempre: ¿Qué le dirán a Dios sobre nosotros los ángeles de estos niños?».

Ver los comentarios