Teresa Romero ha acaparado durante si ingreso infinidad de portadas
Teresa Romero ha acaparado durante si ingreso infinidad de portadas - afp

Teresa se prepara para vivir sin ébola

Psicólogos y psiquiatras trabajan con la auxiliar de enfermería para ayudarla a asumir su nueva realidad

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Todo el mundo conoce a Teresa Romero. La auxiliar de enfermería que se contagió de ébola al haber tratado al segundo religioso repatriado Manuel García Viejo, fallecido por la enfermedad el pasado 25 de septiembre mantuvo en «vilo» no solo a la prensa nacional sino también internacional. Se trató del primer caso de ébola producido fuera de África occidental y si bien la enfermedad se convirtió en noticia desde que comenzó el brote, el pasado 23 de marzo, el miedo y el hecho de que la miseria africana se haya convertido en una cínica costumbre, ha provocado con este caso la sensación de que Occidente estaba amenazada por una enfermedad de la que se sabe muy poco.

Pero de Romero se supo su estado civil, dónde vivía, con quién, cómo se sentía y sobre todo, cuál era la evolución de su estado de salud desde que ingresara al hospital Carlos III de Madrid

el pasado lunes 6 de octubre. La noticia de la superación de la enfermedad fue anunciada por todo lo alto el pasado martes, cuando se hablaba con términos técnicos que todo el mundo entendía: «carga viral cero», PCR negativas…

El alta más esperada

Pero la gran incógnita sigue siendo, una vez que se ha curado, qué pasará con Teresa cuando sea dada de alta. A la presión mediática se suma su propio estado anímico. La pregunta es cómo reaccionará, si sabrá gestionar el hecho de que entró al hospital siendo anónima y saldrá rodeada de flashes, cámaras y preguntas. Pero sobre todo, cómo llevará el hecho de haber superado una enfermedad con un 90% de letalidad en África con un porcentaje que se sitúa en el 50% en un país como España, sin enfermedades concomitantes, con mejores condiciones de higiene, de alimentación y sobre todo, de recursos. Teresa ingresó con una carga viral «altísima», señalaron fuentes sanitarias. Y la propia Teresa Mesa, que ejerció de portavoz de la familia hasta el viernes reconoció que Romero era consciente de su gravedad y que «hubo un momento que pensaba que se moría».

«Ella desconoce la importancia mundial que ha tenido»

«Romero ya está recibiendo apoyo piscológico y psiquiátrico para ayudarla a preparar su salida», explican fuentes sanitarias. Los profesionales se comunican con ella a través de un interfono para ayudarla en su retorno a la normalidad, al enfrentamiento a los medios. «Ella desconoce la importancia mundial que ha tenido, de hecho, lee revistas de interés general pero aún no prensa», señalan las mismas fuentes.

«Va a necesitar ayuda a la hora de introducir informacion. En este caso, ha habido repercusión mediática, todo el mundo la conoce y lo importante es que le den la informacion. Tarde o temprano tiene que saberlo, si sale en la calle el impacto puede ser muy importante, y si se le diera todo de golpe podría tener un shock», señala Mónica Pereira, experta en psicología de emergencias.

Crecimiento posterior al dolor

Para los pacientes que superan enfermedades muy graves, los psicólogos explican que «no hay una frase mágica, depende de cada persona. Generalmente, una persona que ha estado a las puertas de la muerte tiene una dualidad: el alivio de haberse salvado la vida y por otro lado, la conciencia de lo mal que lo ha pasado sumado al malestar fisico, el miedo, el aislamiento, etc», explica Pereira. «Hay mucha gente que supera enfermedades potencialmente mortales, y no solo lo superan sino que también sienten que han crecido. Es lo que se llama resiliencia, el creciemiento posterior a algo doloroso y traumatico. Ven el mundo de otra manera y  hay pacientes que dicen incluso que el mundo tiene más sentido después de lo ocurrido», añade la experta. «Romero ha pasado por situaciones en las que su nivel de atención era mayor o menor. Cuando el estado de activación es mayor, se tienen más pensamientos, se es más consciente del peligro, de la soledad, de la angustia. Se tienen lo que se llaman rumiaciones, pensamietnos circulares, como voy a morir o vivir», señala Miriam González, psicologa experta en emergenicas y crisis.

Aislamiento: «Lo acepta pero no lo entiende»

Pero el caso de Teresa se suma que sus condiciones de aislamiento han sido muy diferentes a la de otros pacientes graves, y de las que no salido aún habiendo superado la enfermedad. De hecho, según ha podido saber ABC el hecho de seguir aislada aún habiéndose curado es algo que «acepta pero no termina de entender». La paciente superó la enfermedad después de haber dado negativo a dos pruebas de PCR en un intervalo de 48 horas cada una. La primera se realizó el pasado domingo y la segunda, el pasado martes (aunque las PCR se realizan a diario). Sin embargo, ya desde el sábado empezaba a dar negativo e incluso alguna técnica adelantaba el negativo desde el viernes. La clave era esperar que no estuviera bajo los efectos del antiviral favipiravir que dejó de tomar el viernes 17 y que, en algún sentido, podrían «camuflar» los resultados. Finalmente, el comité decidió tomar por válida la prueba del domingo y la del martes para dar por curada a Romero.

«No hay ningún caso en que un paciente curado haya podido contagiar»

Pero los médicos que la trataron anunciaban que permanecería aislada «hasta que tengamos la seguridad de que no hay restos de virus del ébola en sus fluidos», señaló el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Carlos III y miembro del equipo médico que atiende a Romero, José Ramón Arribas. El plan inicial era trasladarla a una nueva habitación de la sexta planta donde las medidas de protección serían más livianas (como uso de guantes) y el hecho de no haberse llevado adelante ha provocado que Romero se sienta «frustada», señalaron fuentes sanitarias. De hecho, los expertos señalan que «no hay ningún caso en el mundo en que un paciente curado haya podido contagiar», tal y como señala el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC), que recuerda que un paciente curado no contagia.

El duelo por Excálibur y el estigma social

A ello se suma que también la muerte de su perro Excálibur la ha tenido de «mal humor y contestando con monosílabos» los últimos días. «Lo del perro es un duelo, es normal que sea doloroso, en este caso se le puede añadir la situacion de si es justo o no», señala Pereira.

«Los compañeros que hagan la intervencion trabajarán tecnicas de afrontamiento con diversas herramientas en la que se va a trabajar la pérdida de su salud, la pérdida de su mascota, la pérdida de su anonimato. Es decir, cómo va a afrontar situaciones en las que al salir puede ser ensalzada como apartada, y ambas son peligrosas», explica González.

«Debe aceptar que las personas pueden tener una reacción negativa»

Pero Romero también tendrá que hacer frente al estigma social, al hecho de que hay gente que pese a haber superado la enfermedad pueda seguir sintiendo miedo por un contagio que en realidad es inexsistente. «Es normal que al principio hubiera algo de pánico colectivo pero es importante que Romero sepa que hay gente que no asuma la realidad y tenga miedo de contagiarse. Eso no depende de ella, pero deberá aceptar que las personas pueden tener una reacción negativa», explica Pereira.  

Vuelta a la normalidad

Los expertos coinciden en que es fundamental que intente volver a la normalidad. «Puede sufrir un shock, pero se va a prevenir porque ya se esta haciendo la intervencion psicologica, el trabajo es de aceptacion y adaptacion a la nueva realidad», concluye González.

Sin embargo,  no hay seguridad de que existan consecuencias piscologicas. «En este caso lo que está en la balanza es una situación con ingredientes muy traumaticos, pero depende también de los mecanismos de defensa de cada persona. Puede ayudarla el entorno y tomarse medidas para hacerle más fácil la recuperación pero la mejor ayuda es la que no se necesita, no hay que darla penasndo que es lo mejor, hay personas que con sus propios mecanismos tienen exito», matiza Jerónimo Saiz, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental.

La fuerza de Teresa

Fue precisamente la fortaleza de Teresa lo que algunos expertos apuntaban como la clave de su recuperación, tal como señaló Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad en una entrevista a ABC. Los pacientes graves suelen bajar de peso, sentir cansancio, sufrir pérdida muscular y toleran los alimentos sólidos de forma regular. Sin embargo, fuentes sanitarias insisten en que Romero «está muy bien, tiene mucho apetito y no tiene debilidad muscular ni cansancio. Ya se está recuperando toda esta semana», que es precisamente la posterior a la superación del ébola.

Las situaciones más críticas de Teresa se produjeron durante la segunda semana de su ingreso cuando pasó dos noches «muy críticas», concretamente el miércoles y el jueves. Las mayores dificultades se produjeron a causa de fallos en el hígado (de hecho, según ha podido saber ABC, Romero pasó una hepatitis) y sobre todo en sus pulmones. Romero sufrió un encharcamiento (acumulación anormal de líquido en los pulmones que lleva a dificultades para respirar) que llevó a que le colocaran una mascarilla de oxígeno que la ayudó a respirar durante siete días  (se la sacaron finalmente el pasado sábado). Su insuficiencia respiratoria también se achacó a su propio sistema inmune creando defensas e intentado luchar contra la enfermedad. Las secuelas piscológicas son una incógnita, pero según ha podido saber ABC de sus órganos y de la enfermedad, «está completamente curada».

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