Solo un celador supervisó a Teresa Romero al quitarse el equipo de protección

Teresa Romero contrajo el virus al cometer un fallo en el momento de desprenderse el traje de protección individual (EPI). Tal como adelantó ABC y ratificó el Ministerio de Sanidad y la propia paciente, Romero se contaminó al tocarse la cara después de haber estado en la habitación del religioso García Viejo. Pero a ello se suma que la auxiliar de enfermería no estaba siendo supervisada en el momento en que se quitó el traje . No había ninguna persona habilitada para ello. Solo un celador. «Una cantidad mínima de virus es suficiente para que se produzca el contagio. E independientemente de que hubiera alguien observándola, se hubiera tocado de todas formas», aseguraron fuentes sanitarias.

Aparte de no haber una persona preparada para la supervisión, el equipo del Hospital Carlos III ha recibido formación para colocarse los trajes pero no entrenamiento continuado, es decir, no se ha repetido la operación para asegurarse de que saben hacerlo correctamente. Los sindicatos aseguran que acudió a los cursos, aunque dudan de que «una charla de 20 minutos sea suficiente para poder aplicar un protocolo tan exigente». A sus compañeros «les sorprende» el fallo por la experiencia acumulada de Teresa , que lleva 14 años tratando enfermedades infecciosas.