Los expertos advierten de los peligros para la salud de la persistente contaminación

La exposición repetitiva a la contaminación agrava enfermedades como el asma, las patologías respiratorias o cardiovasculares

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Ciudades como Madrid o Barcelona han activado sus protocolos de alerta ante la contaminación atmosférica. El persistente anticiclón que garantiza el sol y la falta de lluvias, pero también el frío, ha disparado los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y de otras partículas en suspensión en el aire de estas ciudades. Los expertos advierten que esta situación puede ser perjudicial para la salud de la población general, pero especialmente para algunas personas: asmáticos, personas mayores con insuficiencia respiratoria o cardiaca o embarazadas.

Se sabe que una mala calidad del aire puede provocar enfermedades cardíacas, problemas respiratorios, cáncer, dificultades respiratorias y agravar otras dolencias. A pesar de ello, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estima que casi un tercio de los europeos está expuestos a concentraciones demasiado elevadas de partículas en suspensión en la atmósfera y, en España, se calcula que más del 80% de los españoles respira un aire peor de lo recomendado por los índices de protección a la salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Algunos estudios hablan incluso que las consecuencias de esta polución se traducen en 16.000 muertes prematuras anuales en nuestro país. Y la propia Asociación Americana del Corazón (AHA) considera la contaminación como un factor de riesgo para la muerte súbita cardiaca tan importante como el tabaquismo, la dieta o la obesidad.

Cómo prevenir

La situación se agrava debido a determinadas condiciones atmosféricas (frío, falta de viento y lluvia) que han hecho que, en ciudades como Madrid o Barcelona, se hayan alcanzado en los últimos días picos por encima de los 200 microgramos por centímetro cúbico de NO2, más de lo permitido por la normativa europea. Además de las medidas que las administraciones locales tomen para reducir los niveles de contaminación, entre ellas, las restricciones al tráfico, los profesionales de la salud creen que las personas más vulnerables deben adoptar medidas especiales.

Por ejemplo, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) recomienda evitar en la medida de lo posible permanecer durante mucho tiempo en las zonas más contaminadas, no practicar actividades al aire libre, utilizar transporte público y aumentar la atención de los niños con asma. Además «es muy importante que se cumplan las normativas que marca la ley y regular el tráfico como se hace en otras ciudades europeas», describe Ana María Plaza, presidenta de la SEICAP.

Recuerda este experta que el aumento de la contaminación puede multiplicar el número de crisis en niños asmáticos y sus visitas a urgencias si la exposición se prolonga en el tiempo. Los pediatras alergólogos advierten que los niveles altos de sustancias contaminantes pueden provocar empeoramiento de la sintomatología de los niños con rinitis y asma e incluso requerir su ingreso hospitalario por tres motivos: «por un lado, multiplica la irritación de las vías aéreas y favorece la inflamación de las mismas, mientras que por otro potencia ciertos alérgenos ambientales y estimula la reacción alérgica. Por último, facilita la acumulación de mucosidad», indica el doctor Javier Torres, de la SEICAP.

Los niños son más sensibles que los adultos a este tipo de agentes contenidos en las emisiones de vehículos y otros combustibles

«Los niños son más sensibles que los adultos a este tipo de agentes contenidos en las emisiones de vehículos y otros combustibles», resalta Torres. De hecho, un estudio español realizado en Barcelona y publicado este mes en la revista « Environmental Monitoring and Assessment» demostraba que los niños que circulan por la calle en sillas de paseo están más expuestos a la contaminación del aire y son más vulnerables a los efectos sobre su salud, que los adultos que caminan.

Niños sanos y embarazadas

Pero la contaminación del aire también puede influir incluso en los niños sanos «ya que puede aumentar el riesgo de desarrollar determinadas alergias respiratorias o el propio asma», señala este experto. Una investigación publicada en diciembre en la revista « Allergy» confirmaba como la exposición al tráfico durante la primera infancia se asocia con el desarrollo de asma hasta los 12 años de edad.

Otro grupo importante de riesgo lo constituyen las mujeres embrazadas. Un reciente estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) advertía que la exposición a la contaminación del tráfico durante el embarazo daña los pulmones de los futuros niños y por ello demandaban políticas dirigidas a reducir la exposición a la contaminación del aire relacionada con el tráfico, ya que «pueden evitar los efectos nocivos sobre el desarrollo y la función pulmonar, independientemente de los beneficios para la salud pública».

Revisar los niveles

Pero los efectos de la contaminación sobre la salud son mucho mayores: mayor riesgo de parto prematuros, de niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), deterioro cognitivo, asma, enfermedades respiratorias y cardiovasculares o cáncer. Cada vez hay más evidencias científicas que así lo demuestran y muchos expertos está reclamando un mayor control de la contaminación y una reducción en los niveles pico de contaminación (la Unión Europea establece el pico en los 250 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno), ya que son numerosos los estudios que demuestran que incluso por debajo de esos niveles se observan efectos perjudiciales para la salud.

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