Mosquito del género 'Anopheles'
Mosquito del género 'Anopheles' - WIKIPEDIA
MALARIA

La repulsión de los mosquitos hacia los pollos podría ser clave para controlar la malaria

Los mosquitos de la especie ‘Anopheles arabiensis’ evitan a los pollos, por lo que las personas que duermen junto a estos animales están protegidas frente a la enfermedad

MADRID Actualizado: Guardar
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La malaria, también conocida como ‘paludismo’, es una enfermedad causada por parásitos de la familia ‘Plasmodium’ que se transmiten a través de la picadura de mosquitos. Una enfermedad infecciosa de la que, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se registraron cerca de 214 millones de casos en 2015, año en el que provocó la muerte de cerca de medio millón de personas. Y una enfermedad que asola sobre todo el África Subsahariana, región en la que se concentran cerca del 90% de los casos y de los decesos por la malaria. Sin embargo, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas en Upsala (Suecia) podría haber dado con una clave tan simple como sorprendente para disminuir este abrumador número de casos.

Y es que para ello solo se requeriría buscar el amparo de un animal tan común como el pollo.

Como explica Rickard Ignell, director de esta investigación publicada en la revista « Malaria Journal», «nos sorprendió encontrar que los mosquitos que transmiten la malaria son repelidos por el olor que emiten los pollos. Nuestro estudio muestra por primera vez que los mosquitos de la malaria evitan activamente alimentarse de ciertas especies animales, y que este comportamiento está regulado a través de señales odoríferas».

Pollos ‘repelentes’

El objetivo del estudio era evaluar qué especies animales, además del ser humano, son utilizadas para alimentarse por los mosquitos ‘Anopheles arabiensis’, una de las especies transmisoras de la malaria predominantes en el África Subsahariana. Y para ello, los autores, además de recopilar datos sobre la población humana y distintos animales domésticos en tres pueblos de Etiopía, analizaron la sangre ingerida por infinidad de mosquitos con el objeto de determinar su procedencia –humana o animal.

Los resultados mostraron que la fuente preferida, y con diferencia, de alimentación de los ‘A. arabiensis’ son los seres humanos, pero únicamente cuando se encuentran bajo techo. Y es que en caso de estar al aire libre, los mosquitos prefieren ‘sangrar’ a los ganados ovino, bovino y vacuno.

Pero lo que es más importante: ya se encuentren bajo techo o al aire libre, los mosquitos siempre evitarán a los pollos, por muy abundantes que sean. Un hecho que indica que al contrario que los humanos, las vacas, las cabras y las ovejas, los pollos no son un huésped válido para los mosquitos, razón por la que han aprendido la forma de distinguirlos del resto de sus víctimas.

En este contexto, hay que tener en cuenta que los mosquitos utilizan su sentido del olor para elegir a sus huéspedes. Un sentido que, asimismo, emplean para discriminar a aquellos animales de los que no se pueden alimentar. Por ello, los investigadores recopilaron pelos, lana y plumas con objeto de analizar los compuestos odoríferos presentes en cada uno de ellos. Y de acuerdo con los resultados, las plumas contienen algunos compuestos odoríferos exclusivos. Así, el siguiente paso era analizar si estos compuestos eran capaces de repeler a los mosquitos.

Es sorprendente que los mosquitos que transmiten la malaria son repelidos por el olor que emiten los pollos
Rickard Ignell

Los investigadores impregnaron trampas anti-mosquito con los compuestos odoríferos de las plumas y las colocaron en 11 casas de paja de uno de los poblados etíopes durante un total de 11 días, período durante el cual voluntarios sanos, siempre protegidos por una mosquitera, durmieron en cada una de las casas.

Pasados los 11 días, y comparados frente a los cogidos en las ‘trampas control’ –esto es, trampas no impregnadas con componentes odoríferos de los pollos–, los resultados mostraron que el número de mosquitos atrapados en las trampas ‘bañadas’ con los olores de las plumas fue significativamente inferior. Es más; los autores repitieron el experimento utilizando jaulas con pollos en lugar de trampas impregnadas, observado el mismo efecto repelente sobre los mosquitos.

Mejor que los pesticidas

Dada su capacidad para alimentarse tanto en lugares bajo techo como al aire libre, las poblaciones de mosquitos de la especie ‘A. arabiensis’ son muy difíciles de controlar. Sin embargo, los resultados del nuevo estudio sugieren que, siempre en combinación con las medidas de control que se emplean en la actualidad, el uso de olores emitidos por los pollos y por otras especies no huéspedes podrían resultar eficaces para controlar a esta población de insectos.

Como concluye Rickard Ignell, «la gente del África Subsahariana ha sufrido considerablemente bajo la carga de la malaria durante un período de tiempo muy extenso. Además, los mosquitos no son solo cada vez más resistentes a los pesticidas, sino que están cambiando sus hábitos de alimentación. Por ello, hay una necesidad de desarrollar métodos de control novedosos. En nuestro estudio hemos sido capaces de identificar distintos componentes odoríferos que podrían repeler a los mosquitos de la malaria en su búsqueda de un huésped y prevenir así su contacto con los seres humanos».

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