La mayoría de los virus respiratorios, y no solo el Covid-19, se transmiten por aerosoles

Mascarillas y ventilación son las principales herramientas de protección frente a gripes, catarros y Covid, según una revisión científica publicada en 'Science'

El SARS-CoV-2 no es el único virus respiratoria que se transmite por aerosoles Valerio Merino

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No es solo el SARS-CoV-2 . La mayoría de los virus respiratorios , incluida la gripe y el resfriado, se transmiten por aerosoles . Es la principal conclusión de una revisión de estudios científicos que ha llevado a cabo un equipo internacional e interdisciplinario de investigadores y que publica este jueves la revista «Science». En el mismo trabajo los autores advierten de la gran importancia de conocer bien las vías de propagación de un virus para poder frenarlo. Si los aerosoles son la principal vía de contagio , las medidas más efectivas de prevención serán aquellas que tengan como objetivo frenar la dispersión de estas partículas muy pequeñas que emitimos al hablar, cantar, gritar, toser o estornudar. La mascarilla (bien ajustada), una ventilación adecuada de los interiores, ya sea natural o artificial (filtros HEPA), y la desinfección con lámparas ultravioleta son las herramientas de protección frente a los aerosoles que menciona esta revisión.

Al principio de la pandemia se dio por hecho que la principal vía de transmisión del Covid-19 eran las gotas y los fómites (objetos contaminados). Esto supuso que las medidas de protección se enfocaran más en la desinfección de superficies que en preocuparnos por el aire que respirábamos. La experiencia con los contagios, y la advertencia repetida por diferentes expertos , llevaron finalmente a la OMS y a los CDC a reconocer en la primavera de 2021 que los aerosoles jugaban el papel más importante.

La revisión publicada en «Science» da un paso más y afirma que el SARS-CoV-2 no es el único patógeno que se transmite por aerosoles. Otros virus respiratorios como el SARS-CoV, el MERS-CoV, la gripe, el sarampión y los rinovirus que causan el resfriado común también pueden tener como principal vía de propagación a estas partículas muy pequeñas, que se acumulan en el aire interior y permanecen durante horas.

«De todos hay evidencia de que se propagan por aerosoles. Sobre todo para la gripe la evidencia es abrumadora y casi tan extensa como para la Covid-19 . Lo que está claro es que la transmisión por el aire es importante. No está claro si las gotas y los fómites son importantes en absoluto. Esto se ha asumido tradicionalmente, pero en realidad el contagio por gotas no ha sido demostrado nunca directamente para ninguna enfermedad en toda la historia de la medicina. Lo que pensamos es que el contagio por gotas y fómites es posible para los virus respiratorios, pero seguramente es menos importante que por aerosoles, como hemos visto para la Covid-19», explica a ABC José Luis Jiménez, investigador de aerosoles de la Universidad de Colorado Boulder que ha participado en la revisión.

Los autores señalan que la teoría dominante sobre la transmisión de enfermedades respiratorias mediante gotas producidas al toser y estornudar de individuos infectados o al tocar superficies contaminadas se remonta a principios del siglo XX cuando la propagación por vía aérea fue rechazada por el doctor Charles Chapin , una destacada figura en salud pública, a quien le preocupaba que mencionar la transmisión por aire asustara a la gente y desplazara la atención de las prácticas de higiene. Fue la suposición en la que Chapin equiparó las infecciones a corta distancia con la transmisión por gotas la que creó el paradigma actual de la propagación de virus respiratorios. Sin embargo, «esta suposición ignora el hecho de que la transmisión de aerosoles también ocurre a distancias cortas , porque la concentración de aerosoles exhalados es mayor cuando uno está más cerca de la persona infectada que los emite», apunta Kim Prather, directora del Centro de Aerosoles de la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. en la Institución Scripps de la Universidad de California en San Diego, quien codirigió la revisión.

La teoría de las gotas y los objetos contaminados es la que ha guiado en gran medida las recomendaciones de salud pública para frenar la propagación viral. Sin embargo, había algo que no encajaba, ya que esto no explicaba los numerosos eventos de superpropagación observados durante la pandemia de Covid-19 o la transmisión mucho más alta en espacios interiores que al aire libre. «Había evidencia abrumadora desde el verano del 2020. Por ejemplo el caso del coro de EE.UU. que estudiamos nosotros y que sucedió en marzo del 2020, o muchos otros brotes de superpropagación. O el hecho de que el contagio sea 20 veces más fácil en interiores que en exteriores, lo cual es imposible explicarlo con las gotas pero es muy fácil con los aerosoles», apunta Jiménez a ABC.

Con el objetivo de comprender mejor el mecanismo de contagio, investigadores de Taiwán, Estados Unidos e Israel revisaron numerosos estudios de eventos de superpropagación observados durante esta pandemia, y concluyeron que muestran consistentemente que la transmisión aérea es la ruta de contagio más probable, no los contactos con superficies o las gotas grandes . Un factor común en estos eventos de superpropagación fue el aire compartido que las personas inhalaron en la misma habitación . Muchos estaban relacionados con lugares abarrotados, exposiciones que duraron una hora o más, mala ventilación, vocalización y un uso incorrecto de las mascarillas.

Los investigadores también revisaron la evidencia recopilada de muchos otros tipos de estudios (muestreo de aire, estudios basados en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y/o cultivos celulares, análisis epidemiológico, estudios clínicos y de laboratorio y modelos matemáticos) y concluyeron que la transmisión aérea es una vía de propagación importante, o incluso dominante, para la mayoría de las enfermedades respiratorias , no solo el Covid-19.

«La transmisión por inhalación de aerosoles cargados de virus se ha subestimado durante mucho tiempo. Es hora de revisar los paradigmas convencionales implementando precauciones frente a los aerosoles para proteger al público de esta ruta de transmisión», señala Chia C. Wang, líder de esta revisión y directora del Centro de Investigación Científica de Aerosoles y química física de aerosoles de la Universidad Nacional Sun Yat-sen, Taiwán.

Los aerosoles se emiten al respirar, hablar, cantar, gritar, toser y estornudar. Antes del Covid-19, el límite de tamaño tradicional entre los aerosoles (que flotan como el humo) y las gotas (que caen al suelo rápidamente) se había establecido en 5 µm (micras). Sin embargo, 100 µm es una distinción de tamaño más apropiada porque representa mejor el límite de las partículas más grandes que todavía pueden permanecer suspendidas en el aire durante más de 5 segundos (desde una altura de 1,5 metros), viajar más allá de un metro de la persona infectada y ser inhaladas. «El tamaño físico determina predominantemente cuánto tiempo pueden permanecer suspendidas en el aire, lo lejos que pueden llegar, si son inhalables y lo profundo que pueden penetrar en el tracto respiratorio si se inhalan. La mayoría de los aerosoles producidos por actividades respiratorias son menores de 5 µm, lo que les permite viajar hasta los bronquios y alveolos y depositarse allí. Los estudios encuentran que los virus están más concentrados en aerosoles de menos de 5 µm», afirma Josué Sznitman, fisiólogo pulmonar de Technion, el Instituto Israelí de Tecnología.

La importancia de la ventilación

Asumir esta vía de transmisión implica poner en marcha medidas que realmente funcionen frente a los aerosoles. « L as medidas más eficaces son gratis o baratas : hacer todo lo que se pueda al aire libre, ajustarse bien la mascarilla a la cara, abrir las ventanas, medir el CO2 para ver que estamos ventilando lo suficiente e instalar filtros, pero solo en los sitios interiores que hay que seguir usando, donde por cualquier razón no se puede ventilar lo suficiente. El coste de estas medidas es muy inferior al coste de la pandemia», afirma José Luis Jiménez , investigador de aerosoles de la Universidad de Colorado Boulder.

Por otro lado, las mamparas de plexiglás que se han popularizado con la pandemia para bloquear las gotas de tos y estornudos en espacios interiores pueden « impedir la ventilación adecuada y crear exposiciones más altas para algunas personas», advierte Linsey Marr de Virginia Tech, que ha estudiado la transmisión de patógenos por el aire durante más de una década. «No son recomendables, excepto para interacciones breves y cara a cara, pero incluso en ese caso, las mascarillas son mejores porque ayudan a eliminar los aerosoles , mientras que las mamparas simplemente los desvían», concluye la experta.

Para los autores del artículo publicado en «Science», el uso universal de la mascarilla es una forma eficaz y económica de bloquear los aerosoles cargados de virus, pero no la única teniendo en cuenta el aumento de las infecciones por la variante Delta y la aparición de casos en personas vacunadas. «Debemos utilizar múltiples barreras para la transmisión , como la vacunación, las mascarillas y la ventilación. Es poco probable que una sola estrategia sea lo suficientemente fuerte como para eliminar la transmisión de variantes emergentes del SARS-CoV-2», agrega Seema S. Lakdawala, viróloga de la Universidad de Pittsburgh.

Medidas eficaces frente a los aerosoles

«Lo que tradicionalmente se llama "precauciones contra las gotas" no se descartan, sino que se modifican, amplían y aplican de una manera más eficaz de acuerdo con los mecanismos de transmisión reales», señala Zeynep Tufekci, socióloga de la Universidad de Columbia que estudia los desafíos sociales de la pandemia de Covid-19. «Entender el modo de transmisión de SARS-CoV-2 y otras enfermedades respiratorias también permitirá a la gente protegerse mejor en situaciones cotidianas y a los responsables de espacios interiores crear mejores pautas y entornos de trabajo y socialización incluso después de la pandemia», añade.

Para los investigadores esta crisis sanitaria global ha confirmado la importancia de la transmisión aérea de los virus que fue subestimada durante mucho tiempo, así como la necesidad de preservar el derecho de las personas a respirar aire limpio y libre de patógenos. Tomar medidas frente a los aerosoles no solo protegerá de enfermedades respiratorias sino que mejorará la calidad del aire en interiores, por lo que los autores de este trabajo auguran beneficios para la salud más allá de la pandemia de Covid . «Lo que hemos aprendido de esta pandemia también nos indica la manera de hacer los cambios apropiados para entrar en la era post-pandémica», concluye Wang.

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