Investigadores del estudio
Investigadores del estudio - CIMA
ENFERMEDAD DE WILSON

Investigadores españoles desarrollan una terapia génica que cura la enfermedad de Wilson

Se trata de una enfermedad rara genética caracterizada por una acumulación excesiva de cobre en el organismo y que carece de tratamiento curativo

MADRID Actualizado: Guardar
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La enfermedad de Wilson es una patología rara genética causada por una mutación en el gen ‘ATP7B’, implicado en el metabolismo del cobre. En consecuencia, los afectados por la enfermedad –la incidencia es de 1 caso por cada 30.000 habitantes– no metabolizan bien el cobre en el organismo, por lo que el metal acaba acumulándose en casi todos los tejidos, muy especialmente en el hígado, el cerebro y los riñones. El problema es que cuando se acumula en grandes cantidades, el cobre resulta tóxico, por lo que la enfermedad puede resultar mortal. Y además, aún a día de hoy no se ha desarrollado ningún tratamiento curativo. Sin embargo, y como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación Médica Aplicada

(CIMA) de la Universidad de Navarra, la enfermedad puede ser curada, cuando menos en un modelo animal –ratones–, por medio de una terapia génica.

Como explica Oihana Murillo, co-autora de esta investigación publicada en la revista « Journal of Hepatology», «el cobre es un elemento esencial para el ser humano. Interviene en el desarrollo de los huesos, en el funcionamiento del sistema nervioso central, etc. Sin embargo, cuando se acumula en exceso puede provocar estrés oxidativo y daño celular. Así, en los estadios avanzados de la enfermedad de Wilson se produce una liberación continuada de cobre a la sangre, lo que causa la acumulación progresiva de este metal en otros tejidos como el cerebro y puede provocar trastornos motores y psiquiátricos, entre otras enfermedades».

Sin tratamiento curativo

A día de hoy, el tratamiento de la enfermedad de Wilson viene constituido por la administración de sustancias quelantes, esto es, de agentes que ‘secuestran’ metales pesados, caso del cobre, y previenen su acumulación prolongada en el organismo.

Sin embargo, como recuerda Oihana Murillo, «se trata de tratamientos paliativos, que no curativos, que se deben administrar de forma continuada y que tienen numerosos efectos secundarios»

Es más; «cuando el problema hepático es severo –continúa la investigadora–, el único tratamiento curativo es el trasplante de hígado, pero está limitado por la escasez de donantes, la necesidad de inmunosupresión y los riesgos asociados a la intervención quirúrgica».

Nuestro vector corrige la causa específica de la enfermedad de Wilson y revierte los síntomas y alteraciones patológicas asociadas a la enfermedad
Gloria González-Aseguinolaza

Por tanto, la esperanza para el tratamiento de la enfermedad de Wilson, así como en la gran mayoría de enfermedades raras genéticas, se encuentra en la terapia génica, es decir, en la transferencia de la información genética correcta del gen a aquellas células en las que se encuentra mutado.

Terapia génica eficaz

Hoy en día, las esperanzas para esta enfermedad rara están puestas en la terapia génica. Consiste en la aplicación de sistemas de transferencia de información genética (denominados vectores) que aportan la versión correcta del gen a las células que lo tienen mutado. Los investigadores del CIMA han desarrollado un vector viral portador del gen ATP7B que ha demostrado su eficacia contra la enfermedad de Wilson en modelos de ratón.

Concretamente, los investigadores del CIMA han logrado desarrollar un vector viral portador del gen ‘ATP7B’ que corrige la información del gen mutado y, de esta manera, revierte los síntomas de la enfermedad. Además, y como constata el estudio, esta nueva terapia génica resulta eficaz en modelos animales –ratones.

Como destaca Gloria González-Aseguinolaza, directora del estudio, «hemos comprobado que este vector corrige la causa específica de la enfermedad de Wilson, esto es, la acumulación de cobre, y revierte los síntomas y alteraciones patológicas asociadas a esta enfermedad».

Así, el siguiente paso será confirmar la eficacia y seguridad de la nueva terapia génica en modelos preclínicos, tras lo cual «podremos iniciar la producción del vector a gran escala y en grado clínico para su administración en pacientes», concluyen los autores.

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