¿Es el tabaco protector frente al párkinson?
¿Es el tabaco protector frente al párkinson? - AFP
PÁRKINSON

Un estudio sugiere una relación entre el descenso en el consumo de tabaco y un aumento del párkinson

El descenso del número de fumadores en la segunda mitad del siglo XX podría haber conllevado un incremento de la incidencia del párkinson, pero solo en varones

MADRID Actualizado: Guardar
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La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo, progresivo e invalidante que, a día de hoy, padecen más de 160.000 personas en nuestro país, en hasta un 10% de los casos en una fase avanzada. Una enfermedad cuya incidencia, al igual que la del resto de patologías incluidas en el grupo de los ‘parkinsonismos’ –esto es, aquellas que comparten al menos dos de los cuatro síntomas principales del párkinson: temblor, bradicinesia, rigidez y deterioro de los reflejos posturales– podría haber aumentado en las últimas tres décadas. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Clínica Mayo en Rochester (EE.UU.), en el que se indica que la causa para este incremento del párkinson y los parkinsonismos es, ni más ni menos, la disminución del consumo de tabaco que tuvo lugar en la última mitad del siglo XX –cuando menos en Estados Unidos.

Como explica Walter A. Rocca, director de esta investigación publicada en la revista « JAMA Neurology», «nuestros resultados sugieren que la incidencia de la enfermedad de Parkinson y de los parkinsonismos podría haberse incrementado entre los años 1976 y 2005, sobre todo en varones mayores de 70 años. Y esta tendencia al alza podría estar asociada con los cambios significativos en el consumo de tabaco que tuvieron lugar en la segunda mitad del pasado siglo o con otros cambios en el estilo de vida o ambientales».

Párkinson y nicotina

El estudio fue llevado a cabo con 906 pacientes con parkinsonismo, de los cuales 464 habían sido diagnosticados de la enfermedad de Parkinson. La edad promedio en el momento del diagnóstico se estableció en 74 años –y en 73 años en el caso del párkinson–. Además, la mayoría de los participantes eran varones: 501 en el grupo de parkinsonismos (55,3%) y 275 en el de la enfermedad de Parkinson (59,3%).

De acuerdo con los resultados, la tasa de incidencia de parkinsonismos en la población masculina creció de 38,9 casos por 100.000 habitantes y año en el período 1976-1985 a 55,9 diagnósticos por 100.000 habitantes y año en el período 1996-2005. Un aumento de la incidencia en varones que resultó incluso más significativa en el caso específico de la enfermedad de Parkinson: de 18,2 casos por 100.000 habitantes y año en el período 1976-1985 a 30,4 diagnósticos por 100.000 habitantes y año en el período 1996-2005.

Llegados a este punto, ¿cómo se explica este incremento de la incidencia? Pues, simplemente, por los cambios en el consumo de tabaco. De hecho, un estudio previo ya había sugerido que el hábito tabáquico reduce el riesgo de párkinson y que el descenso en el número de varones fumadores tras el pico alcanzado en los años 50 podría explicar el aumento de casos de enfermedad que tuvo lugar varias décadas después.

Como refiere Walter Rocca, «la prevalencia del tabaquismo ha disminuido con el tiempo, y la tendencia observada en nuestro estudio podría sugerir una posible asociación con los cambios en el consumo de tabaco. Sin embargo, también podría obedecer a otros cambios ambientales y del estilo de vida experimentados en las últimas décadas».

La incidencia del párkinson podría haberse incrementado entre 1976 y 2005, sobre todo en varones mayores de 70 años
Walter Rocca

Y de la misma manera, ¿qué sucedió en el caso de las mujeres? Pues según indican los investigadores, los resultados no mostraron la tendencia al alza observada con los varones.

Es más; los autores también solicitan ‘cautela’ a la hora de interpretar sus hallazgos. No en vano, este aumento en el número de casos podría obedecer a otras causas, caso de los avances en el diagnóstico de los parkinsonismos o de un mejor acceso de los pacientes a los sistemas sanitarios. Además, la población analizada en el estudio se limitaba a un área muy específica de Estados Unidos –concretamente, vivían en el condado de Olmsted en el estado de Minnesota–, por lo que deben llevarse a cabo investigaciones con poblaciones más amplias y ‘globales’ para confirmar los resultados.

¿Efecto colateral?

En definitiva, el aumento de la incidencia de la enfermedad de Parkinson y demás ‘parkinsonismos’ podría ser una consecuencia del descenso del número de fumadores. Y hay que resaltar que solo ‘podría’, dado que es muy difícil confirmar la existencia de una relación ‘causa-efecto’.

Como apunta Honglei Chen, del Instituto Nacional de las Ciencias de Salud Ambiental de Estados Unidos (NIEHS), en un editorial del mismo número de la revista, «la observación epidemiológica de que el consumo de cigarrillos se asocia con un menor riesgo de enfermedad de Parkinson es robusta. Sin embargo, parece que el debate sobre si esta asociación es causal nunca se va a resolver. Y es que una vez se atiende a los significativos efectos adversos del consumo de cigarrillos y a la baja incidencia de párkinson, resulta prácticamente imposible realizar un análisis directo de esta relación en los ensayos clínicos».

Sea como fuere, «tanto los nuevos resultados como las evidencias de estudios previos parecen avalar, aun de forma directa, esta relación causal: el incremento de la incidencia de párkinson puede ser consecuencia del descenso del consumo de cigarrillos en los últimos 50 años, una tendencia que afecta en mayor medida a los varones que a las mujeres».

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