Estos son los síntomas y así debes actuar ante una reacción alérgica grave como la de la niña de Mijas

Los pediatras alergólogos insisten en que el uso precoz de adrenalina puede salvar vidas

La niña fallecida en Mijas sufrió una reacción alérgica muy grave tras comer un helado ABC

ABC Salud

Tras la reciente muerte de una niña una niña británica de 9 años en Mijas por una reacción alérgica tras tomar un helado , los pediatras alergólogos han querido recordar que los fallecimientos por reacciones alérgicas graves podrían evitarse con el uso inmediato de adrenalin a tras notar los primeros síntomas.

Para ello es importante conocer primero las señales de alarma. En general, una anafilaxia puede comenzar con síntomas en un solo órgano: en la piel, con ronchas o habones en la cara , enrojecimiento, picor en boca y en labios. También el niño puede presentar hinchazón en labios, párpados, manos u otras partes del cuerpo; así como dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarreas . Pueden darse síntomas respiratorios como picor de ojos o nariz , estornudos frecuentes, mucosidad abundante, ojos rojos o lagrimeo.

«La situación será de emergencia cuando los síntomas afectan a dos o más órganos o presente además opresión en la garganta , voz ronca o afónica y tos repetitiva, respiración dificultosa, voz entrecortada, tos seca y repetitiva, pitos, ahogo, piel o labios azulados , así como palidez, pulso débil, pérdida de conocimiento, mareo o sensación de muerte inminente. En los casos que presente pulso débil con descenso de tensión arterial se habla de shock anafiláctico. En todos estos casos lo más importante es la administración precoz de adrenalina», advierte el doctor Juan Carlos Juliá, coordinador del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

Por ello se insiste en la importancia «de concienciar a la sociedad de favorecer un entorno seguro para los niños con alergias alimentarias y de estar preparados para atender de forma precoz los casos de anafilaxia, desde colegios, campamentos, hoteles y restaurantes y, en general, cualquier sitio en el que se sirva comida, ya que la mayoría de los casos se producen fuera de casa », comenta el doctor. Por otro lado, «el personal que se ocupa de la preparación, elaboración y entrega de estas comidas debería estar formado en alergias alimentarias para que tengan todos los conocimientos necesarios sobre ellas», añade.

Los padres y cuidadores de los niños con alergia alimentaria deben además estar muy pendientes del etiquetado de los alimentos que ingieren para evitar los alérgenos ocultos que puedan contener. Por otro lado, los pediatras alergólogos recuerdan que hay que llevar siempre a mano el autoinyector de adrenalina.

También consideran fundamental que las familias «no olviden llevar siempre dos autoinyectores de adrenalina , algo que suelen descuidar en vacaciones y que al mismo tiempo es cuando más fácilmente se pueden producir los incidentes», asegura el doctor Juliá.

Del mismo modo, los pediatras alergólogos recuerdan la necesidad de educar a las familias y pacientes diagnosticados de alergia alimentaria. «Deben conocer el grado de severidad de la enfermedad del niño, las medidas preventivas posibles, la importancia de la dieta de evitación y estar entrenados en el uso del tratamiento con adrenalina autoinyectable», afirma el doctor Juliá. Además, «es importante prestar mucha atención a los etiquetados de los alimento, pues puede haber ingredientes ocultos, y solicitar las cartas de alérgenos en restaurantes y hoteles que ya están obligados por normativa europea a disponer de ellas», asegura.

Protocolo de actuación

La Seicap considera que una de las medidas que se deberían instaurar para favorecer un entorno seguro en los colegios y las actividades extraescolares a los niños con alergia alimentaria y riesgo de anafilaxia es la elaboración de protocolos de actuación. En comunidades como Galicia y Baleares existe el programa Alerta Escolar, que consiste en identificar a los niños de riesgo para actuar en estas situaciones de riesgo vital. «Con ello se consigue que el personal a cargo del menor tenga formación en alergias alimentarias y reciba del personal sanitario la información necesaria sobre cada caso en situaciones de emergencia», explica el doctor Juliá.

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