Alopecia femenina: ¿Por qué se me cae el pelo?

Cada vez más mujeres consultan por pérdida de cabello. Estas son las causas y los tratamientos

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La alopecia no es solo cosa de hombres, aunque en ellos esté más normalizada. La pérdida del cabello, ya sea puntual o crónica, lleva a cada vez más mujeres a consulta. Se calcula que el 30% de las féminas sufrirán algún tipo de alopecia a lo largo de su vida. «No sabemos si hay más alopecia femenina que en los años 50, lo que sí sabemos es que hay muchísimas más mujeres en consulta por este problema que hace diez años», asegura el doctor David Saceda, dermatólogo y tricólogo del Grupo Pedro Jaén y del Hospital Ramón y Cajal, y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Una realidad que se ha hecho aún más visible tras la gala de los Oscar 2022, que será recordada por el bofetón que Will Smith imprimió en la cara de Chris Rock. ¿La razón? El presentador bromeó en la entrega de premios con la apariencia de la actriz Jada Pinkett Smith , preguntándole si iba a protagonizar una secuela de ‘La teniente O’Neil’, la película de los noventa en la que Demi Moore aparecía rapada. Un broma de muy mal gusto, si tenemos en cuenta que su look no es algo voluntario. A finales de 2021, la actriz reconoció en sus redes sociales que está perdiendo su cabello y que ha decidido aceptarlo: «Esta alopecia y yo vamos a ser amigas… ¡punto!».

Existen más de cien tipos, aunque en el caso de Jada parece que se trata de alopecia areata , cuyo origen es autoinmune (el sistema inmunitario ataca y destruye por error los folículos pilosos sanos), y en la que aparecen de forma rápida zonas circulares sin pelo, que pueden desembocar en una pérdida generalizada. La alopecia más común en mujeres es la androgénica , de origen hormonal y genético. En este caso, las afectadas van perdiendo densidad capilar, la raya se va percibiendo más ancha y se ve el cuero cabelludo.

Otro tipo que les afecta especialmente a ellas es la frontal fibrosante , una forma de alopecia cicatricial de origen autoinmune y hormonal en la que se suelen perder las cejas, y la línea del pelo de la frente y las patillas va retrocediendo . «Se trata de una enfermedad emergente que afecta a mujeres postmenopáusicas de la que cada vez estamos viendo más casos», asegura el doctor Juan Jiménez, dermatólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y miembro de la AEDV.

No hay que confundir estas alopecias con el efluvio telógeno , una caída de pelo intensa, pero puntual, causada por estrés físico o emocional, que es reversible, ya que el pelo volverá a crecer pasados unos meses. Para tener un correcto diagnóstico es fundamental acudir a la consulta del dermatólogo que recomendará el tratamiento más adecuado en cada caso. «Si se cogen a tiempo, la mayoría de alopecias se pueden frenar y evitar que progresen. Las cicatriciales, como la frontal fibrosante, no tienen una cura como tal por ahora, el objetivo es frenar la progresión y estabilizarla», explica el doctor Jiménez.

La areata, apunta el experto, «cuando es leve, es reversible y se cura. Pero las alopecias areatas totales (toda la cabeza) o universales (todo el cuerpo) son más complicadas y se tarda mucho tiempo o no se recupera, aunque lo trates. Es impredecible y caprichosa porque depende del sistema inmune». Para el tratamiento de la alopecia areata grave, el doctor Saceda se muestra esperanzado con una familia de fármacos que actualmente se encuentran en estudio, los inhibidores de JAK: «Es muy prometedora y va a cambiar mucho las cosas».

En la alopecia androgénica o calvicie común «se puede mejorar mucho si se actúa cuanto antes», asegura el doctor Jiménez. Es progresiva y se va perdiendo densidad poco a poco por la sensibilidad de los pelos a la testosterona. Por eso es más común en los hombres. «Necesita un tratamiento a largo plazo . Si se deja, no hay un efecto rebote pero el ritmo de afinamiento del pelo vuelve al de antes», advierte. Los dermatólogos cuentan hoy en día con «una batería de tratamientos para frenar esa pérdida que hace veinte años no existían», apunta el doctor Saceda. Por delante de todas las opciones está el minoxidil , un fármaco aprobado para alopecia femenina, que actúa aumentando el riego sanguíneo alrededor del folículo para que se vaya engrosando. Se puede usar de forma tópica u oral y su gran ventaja es que no tiene interacción hormonal. Para lograr un mejor resultado y que sea sostenible, se recomienda combinar varias terapias. «En la primera consulta con el paciente buscamos un tratamiento efectivo, seguro y cómodo, que sea muy sostenible a largo plazo», afirma el tricólogo.

En el arsenal dermatológico para luchar contra la alopecia femenina también están los antiandrógenos , orales o inyectados, que bloquean las hormonas en la raíz del cabello. O las inyecciones de plasma rico en plaquetas , que se extrae de la propia paciente. Se prescribe lo que mejor se adecúe a la analítica, exploración y contexto vital de la mujer. «Por ejemplo, hay tratamientos muy buenos pero que no permiten el embarazo», advierte el doctor Saceda. En cualquier caso, el experto recuerda que la gestación por sí misma mejora el pelo y es un excelente tratamiento para la alopecia androgénica. Pero, si en algún caso, la futura madre necesitase una terapia de mantenimiento en esta etapa, se podrían utilizar las inyecciones de plasma rico en plaquetas.

El trasplante capilar , que tan de moda se ha puesto entre los varones, también es posible en las mujeres, aunque en ellas la limitación es que la alopecia es más difusa y no siempre se puede mejorar todo el área afectada. «El contexto ideal de trasplante femenino es una mujer con una pérdida leve-moderada que no haya mejorado con tratamiento médico», concluye el doctor Saceda.

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