Hasta seis 'gomas', de las grandes con cuatro motores, es decir, casi un millón de euros en lanchas y más de 8.000 caballos de potencia de suma... se podían volver a ver de nuevo, a plena luz del día, en alta mar. En aguas del Estrecho. Entre Marruecos y España, esperando para ponerse en marcha y entrar a cargar hachís y posteriormente, descargar.
Las imágenes están tomadas este fin de semana desde un ferry. Se ve perfectamente como las narcolanchas se encuentran abarloadas entre sí, un grupo de cuatro y otras dos. Esperando la señal. Hay mala mar pero ahí se mantienen. En ellas varios tripulantes, cubiertos, hablan entre sí. Parece que no llevan droga pero sí suministros.
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Estas semirrígidas son muy parecidas que las que también se refugiaron en el puerto de Barbate el día que una de ellas arrolló a los dos agentes fallecidos. Esa, concretamente, tenía unos catorce metros de eslora, y tres motores.
Las embarcaciones, prohibidas por decreto ley desde 2018, no se esconden. Permanecen de nuevo durante horas en un mismo lugar a la vista de todo el tráfico portuario. Los traficantes prefieren a menudo permanecer así al pairo a millas de la costa para no poner en riesgo la propia narcolancha.
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