LUTO EN JEREZ
Jerez se vuelca para despedir con emoción y gratitud a Álvaro Domecq
La Catedral jerezana ha acogido este miércoles un multitudinario y sentido homenaje al que fuera conocido como 'el señor de los caballos', figura clave en la tradición ecuestre de la ciudad
El Rey emérito Juan Carlos I rinde homenaje al ganadero jerezano Álvaro Domecq Romero con una corona de flores
Fotos: Emotiva despedida a Álvaro Domecq Romero en la Catedral de Jerez
Jerez
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Iniciar sesiónJerez ha vivido este miércoles uno de esos días que quedan grabados en la memoria. Su Catedral, repleta hasta el último banco, ha acogido el funeral de Álvaro Domecq Romero, figura capital del mundo ecuestre y del espíritu jerezano. Eran las diez de la mañana y una oleada de ciudadanos, personalidades sociales y representantes del mundo taurino ha llenado el templo mayor para dar el último adiós a quien, para muchos, fue un maestro, un embajador y un referente de la identidad andaluza.
La misa, solemne y profundamente sentida, se ha prolongado durante más de una hora. Las lecturas, los cánticos y las palabras dedicadas a su figura marcaron un ambiente de recogimiento absoluto. El silencio respetuoso que ha envuelto la Catedral daba cuenta de la magnitud de la pérdida que hoy lamenta toda la ciudad.
Entre los asistentes han destacados nombres de relevancia en el mundo taurino, como Juan José Padilla, Fran Rivera y otros toreros que han querido acompañar a la familia a este adiós. Su presencia simbolizó la estrecha relación que siempre mantuvo Domecq con el toreo, disciplina que convivió con su pasión ecuestre a lo largo de su trayectoria.
Asimismo, numerosas personalidades del ámbito social y cultural, así como la alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo, que se ha mantenido en primera línea del homenaje institucional. De hecho, la ciudad ha decretado dos días de luto oficial, un gesto que refuerzo el reconocimiento de la aportación de Álvaro Domecq a Jerez y su proyección internacional.
Yute, el fiel compañero ecuestre de Álvaro Domecq, escolta el féretro en su despedida
Esther MacíasEl caballo del jerezano le ha acompañado en el último adiós con un homenaje lleno de emoción y tradición
El Rey emérito Juan Carlos I rinde homenaje al ganadero jerezano Álvaro Domecq Romero con una corona de flores
M. LandetaLa banda de condolencia con la bandera de España acompaña en el último adiós al fundador de la Real Escuela de Arte Ecuestre
Once caballos, once guardianes del legado
Uno de los momentos más sobrecogedores de la mañana ha sido, sin suda, el homenaje ecuestre. Desde la sede de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, once caballos -los animales que representan la esencia misma de la institución que él fundó- han acompañado el cortejo desde primera hora. Montados por jinetes de la Escuela, han avanzado con paso ceremonioso por las calles históricas de Jerez, formando un cortejo que ha mezclado la solemnidad, respeto y belleza.
A la llegada a la Catedral, los caballos han permanecido en formación durante la celebración de la eucaristía. Su quietud, su porte y la fidelidad que han demostrado parecían dialogar silenciosamente con la figura de su fundador. Al finalizar la misa, se ha vuelto a vivirse una escena de enorme simbolismo. Los once caballos han escolado el ataúd hasta el coche fúnebre, acompañándolo hasta el último instante en una despedida que quedará grabada para siempre en la retina de quienes la presenciaron. Hasta de los 'guiris' que no esperaban una visita de este calibre. Y que ahora este recuerdo ha logrado cruzar fronteras.
La Real Escuela de Jerez despide a Álvaro Domecq Romero con un solemne homenaje a caballo
Esther MacíasUna comitiva de jinetes y doce caballos acompaña en su último adiós al fundador de la institución que fallecía este martes en su ciudad natal
Una ciudad entera arropando a su hijo más ilustre
Más allá de autoridades y figuras reconocidas, han sido los vecinos de Jerez quienes también han querido aportar un calor humano especial. Muchos de ellos se han echado a las calles desde primera hora, esperando el paso del cortejo, otros simplemente con el gesto emocionado de quien pierde a alguien cercano. «Para Jerez, Álvaro es muy importante. Es pureza, es símbolo», relata María, una vecina jerezana que ha dejado sus quehaceres a un lado para despedir a Domecq. Al fin y al cabo, no fue un mero personaje público. Fue parte esencial de su identidad cultural, un símbolo vivo del orgullo jerezano.
Unos minutos antes de acabar el acto religioso, el murmullo contenido de la multitud, los aplausos espontáneos y las miradas dirigidas al paso de los caballos, han demostrado el cariño sincero que la ciudad le profesa. Ha habido lágrimas, claro, ha habido silencio, pero también ha habido un sentimiento compartido de gratitud hacia quien dedicó su vida a engrandecer el nombre de Jerez.
La familia, unida en el dolor, ha recibido el efecto de todos los presentes. Sin querer atender a los medios, como es lógico en estos momentos, han agradecido con una tímida sonrisa la presencia de todos. Sobrinos, hermanos, esposa y demás allegados se han mantenido juntos durante toda la ceremonia, arropándose mutuamente en medio de una jornada de emociones intensas. Su unión ha sido un reflejo del fuerte vínculo que siempre ha caracterizado al clan Domecq, una saga profundamente implicada en la vida cultural, ganadera y social.
Pasadas las doce y media de la mañana, ya sí en el ultimísimo adiós, las manos entrelazadas y los gestos silenciosos han compuesto un retrato inmortal dentro del gran acto público, tras la íntima despedida mientras lo velaban este martes.
Un legado para siempre
Álvaro Domecq Romero deja tras de sí una herencia que supera la frontera de lo ecuestre. Fundador de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, ha sido creador de un estilo, impulsor del arte de la doma y responsable de haber llevado el talento jerezano a escenarios internacionales. Su pasión por el caballo, su visión artística y su capacidad de liderazgo quedan como guía para generaciones futuras de jinetes y aficionados.
Tras el homenaje, los caballos han regresado a la Escuela en torno al mediodía. Sus cascos han resonado sobre el empedrado de la ciudad como un eco final, casi ritual, de despedida. Era el cierre simbólico de un adiós que, lejos de marcar un final, ha reafirmado el carácter eterno de su obra.
Jerez ha despedido a Domecq Romero con honores, con emoción y con una elegancia que ha parecido inspirado por él mismo. Porque su figura seguirá cabalgando en la memoria colectiva, tan firme y noble como los caballos que tanto amó. Y cuidó.
Fotos: Emotiva despedida a Álvaro Domecq Romero en la Catedral de Jerez
Antonio VázquezAutoridades civiles y religiosas, familiares, amigos, jinetes y empleados de la Real Escuela de Arte Ecuestre, han dado el último adiós al maestro
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