Cádiz vivió el pasado 20 de noviembre un simulacro de tsunami con la idea de valorar los protocolos de emergencia y concienciar a la población sobre cómo actuar en caso de que se produzca. Desde entonces, han salido muchas voces a valorar cómo es de posible que esto suceda en un futuro.
Francisco Manuel Alonso, profesor de Geología en la Universidad de Huelva ha hablado en la cadena COPE de la importancia no solo de valorar estos protocolos, sino de que la población general los interiorice. Según el profesor, «el riesgo sísmico es una realidad con la que tenemos que aprender a convivir». Al sur del cabo de San Vicente encontramos una zona de fractura que separa las placas euroasiática y la africana. De hecho, es bastante frecuente que en el Golfo de Cádiz se produzcan terremotos de baja intensidad y que, normalmente, son imperceptibles para la población.
El antecedente conocido es el tsunami que se produjo tras el terremoto de Lisboa en 1755. Según cuenta el geólogo, hasta cinco masas de agua se adentraron kilómetros arrasando a su paso.
Preparación ante el riesgo
Por ello, Francisco Manuel Alonso cree que «no debemos competir con la naturaleza», pero sí que debemos estar preparados. Uno de los ejemplos que pone es un proyecto que se está realizando para evaluar la vulnerabilidad de los edificios construidos antes de 1975, cuando la normativa de construcción anti terremotos no era tan estricta. Esto cobra importancia especialmente en una ciudad como Cádiz, que presenta grandes dificultades para la evacuación horizontal y que tiene más facilidades para la evacuación vertical, es decir, subir a la planta más alta de los edificios.
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