Una toallita por aquí, una botella por allá, papel Albal, latas, más toallitas… y todo en apenas cinco minutos y a menos de diez metros de la entrada a la playa. Esa ha sido la escena que ha mostrado en redes sociales el tiktoker @alexboken_, que ha subido un vídeo con una doble intención: denunciar la suciedad en las playas gaditanas y, de paso, poner en cuestión la prohibición de acceder a los arenales con perros.
«Vamos a ver si de verdad son ellos los guarros o mi perrita», dice al inicio del vídeo, mientras pasea con su mascota por la playa un domingo por la noche.
El recorrido es corto, pero el resultado, demoledor: una bolsa de basura llena de restos abandonados por los bañistas, todo recogido en cuestión de minutos y sin alejarse demasiado del paseo.
«Estoy, literalmente, a cinco metros. No llevo ni un minuto en la playa», explica mientras señala los residuos que va encontrando junto a papeleras casi vacías. El mensaje se repite varias veces con cierta ironía: «Pero la guarra es ella», dice, refiriéndose a su perrita, mientras enseña una botella abandonada a escasos centímetros de una papelera.
Más allá del tono desenfadado, la crítica es clara: muchos dueños de perros se sienten discriminados por las restricciones actuales, mientras observan con frustración cómo los residuos se acumulan a diario en la arena sin que se asocien a sus animales, sino —como él muestra— a comportamientos incívicos de las personas.
Una propuesta razonable
La propuesta que lanza en el vídeo es sencilla y, según defiende, razonable: establecer unos horarios específicos en verano para poder pasear con perros por la playa, por ejemplo antes de las 8 o 9 de la mañana y después de las 9:30 o 10 de la noche. Siempre con correa y sentido común. «Solo queremos que ellos también puedan disfrutar de la playa tan maravillosa que tenemos», concluye.
El vídeo, que ha comenzado a circular con fuerza en TikTok, ha abierto un pequeño debate digital sobre la convivencia en los espacios públicos, la limpieza de los arenales y el papel de los animales en la ciudad. Mientras tanto, la bolsa de basura recogida por este gaditano espontáneo sigue hablando por sí sola.
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