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La Policía halla los cuerpos sin vida de las dos niñas desaparecidas en Bélgica hace días

Aparecieron en un conducto de aguas fluviales cerca de donde se les perdió la pista

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La Policía belga encontró ayer los cuerpos sin vida de Nathalie Mahy y Stacy Lemmens, las dos pequeñas de 10 y 7 años que desaparecieron el pasado día 9 por la noche, cuando jugaban, a altas horas de la noche, en un suburbio de Lieja, hacia donde se habían desplazado por la tarde con sus padres, con motivo de las fiestas locales.

Stacy apareció a las once de la mañana en un conducto de aguas pluviales paralelo a la vía férrea, de muy difícil acceso, a unos cuatrocientos metros del lugar en el que fueron vistas por última vez. Su hermanastra se encontraba en el mismo conducto, una veintena de metros más abajo. El estado de descomposición de los cuerpos evidenciaba que su muerte había tenido lugar tiempo atrás. La Policía, que había rastreado los alrededores en ocasiones anteriores, durante la gran búsqueda lanzada la misma noche del día 9, pudo llegar hasta el lugar en el que finalmente aparecieron los cuerpos después de desbrozar el terreno con motosierras. La zona hasta ayer había permanecido vedada incluso para los perros rastreadores de los agentes, debido a lo cerrado de la espesura.

Se especula con la posibilidad de que los cuerpos de las dos pequeñas hayan llegado hasta el lugar en el que fueron encontrados arrastrados por las fuertes lluvias de los días pasados desde donde fueron depositados. La Fiscalía de Lieja, en el sureste de Bélgica, confirmó mediada la tarde la identidad de las víctimas, cuyos cuerpos eran sometidos a autopsia ayer mismo, buscando dilucidar la causa y momento de sus muertes y pruebas que conduzcan al autor o autores del delito. La hipótesis del accidente está descartada por los investigadores. La desaparición de las dos niñas fue constatada por la madre de Nathalie, que era, a la vez, madrastra de Stacy, hacia las tres de la madrugada, cuando las llamó para volver a casa.

Un pequeño que se encontraba en el lugar aseguró que a las dos niñas no se las veía desde hacía una hora, por lo que cundió inmediatamente la alarma entre los presentes y la Policía, muy concienciada tras los crímenes pederastas de Marc Dutroux, que tuvieron lugar no muy lejos de Lieja. Desde el primer momento, la Policía intentó localizar a Abdallah Aït Oud, pederasta convicto en libertad condicional, que se encontraba la noche de autos en la cervecería en la que estuvieron los padres de las niñas. Thierry, el padre, volvió a casa antes que su mujer.

«Material turbador»

Aït se presentó, llamado como testigo por los investigadores, cuatro días después de la desaparición. Tras un primer interrogatorio, mudó su condición de testigo por la de imputado, y quedó detenido. La Policía dijo haber encontrado «material turbador» en su domicilio. Hasta ahora, este belga a quien se le aplicó la eximente de la enajenación mental en un caso de secuestro con violación, contra criterio del fiscal, ha negado su participación, pero los investigadores cuestionarán las explicaciones que ofreció para las heridas que presentaba. El primer ministro belga, Guy Verhofstad, prometió ayer un castigo inapelable.