Y... ¿cómo hemos cambiado!

Cuando se tiene acceso a fotos de antepasados se pueden encontrar bastantes sorpresas, pero también se puede dar con la explicación a detalles que antes podían haber pasado desapercibidos. Y es que la actual Feria de Primavera y del Vino Fino no nació en Las Banderas, donde se trasladó a principio de los ochenta. Su historia está llena de recuerdos familiares y de infancia de una fiesta que siempre ha tenido la gran aceptación de todos los portuenses.

Corrían los años 50 y en frente de lo que actualmente es ahora el centro comercial El Paseo, se celebraba la famosa Feria del Ganado. Las casetas de Tadeo, Acción Católica, Caza y Pesca, Helo-Libo y El Rocío se servían de los maderos del Batallón de Transmisiones para poder levantar sus instalaciones. Unas lonas, unos toldos y las palmeras, hacían el resto. Las familias llenaban sus cestos de comida y allí mismo, sobre la pradera, se daban el festín. Nada que ver con la amplia de oferta gastronómica que ofrecen actualmente los caseteros. Y, con la gran cantidad de comida que se puede degustar en todo el recinto.

Y por la noche, se celebraba la velada en La Victoria. Allí la tómbola de Luisa de Marillac hacía lo posible por sacar sus donativos. El Cortijo era la caseta municipal y se incorporaban las del club Náutico y los del Homenaje. Los caballitos, La Cunita, La Ola, El látigo Vidal o el Teatro-circo Chino, El Pulpo, o, los carritos de helados hacían las delicias de todos.

De ahí a La Puntilla, donde en los 70 se instalaron en la zona de Crevillet, actual polideportivo. Una medida provisional que se fue alargando hasta que se decidió trasladar definitivamente la celebración al recinto actual de la carretera de Sanlúcar. Allí la primera portada fue una reproducción del yacimiento de aguas de la Sierra.

No hay que obviar que si la Feria se ha llenado de casetas, de atracciones y de gente, también se han aumentado las medidas de seguridad. En este sentido, actualmente existen fuertes obligaciones sanitarias que antes no había para evitar posibles intoxicaciones masivas.

La censura

El franquismo también dejó alguna que otra anécdota. En el año 71 se instalaba por primera vez la caseta del Partido Comunista. Se llamaría: Peña Cultural Andalucía (PCE). Los izquierdistas tenían que conformarse con este pseudónimo para poder burlar a la censura. En Sevilla, tomarían el nombre de La Pecera, alusivo también al PCE (Partido Comunista Español).

Quedan muchas vivencias resumidas en una sola fiesta. La mujer comenzó a tener cada vez más protagonismo, la música se abrió a otras tendencias, la moda cambió sus patrones, los enganches se engalanaron y, todo, para seguir disfrutando entre amigos. Porque, lo que no ha cambiado es que El Puerto sigue teniendo una feria para todos los públicos. La actual Feria de la Primavera guarda la esencia de la muestra de ganado o la que se

celebraba en La Victoria y La Puntilla, pero la modernidad se deja notar en el Real La infancia de Luis Ortega, hermano mayor de El Olivo y casetero, estuvo muy unida a la Feria. Su padre, fundador de la hermandad colaboró estrechamente con otros cofrades para instalar una de las casetas más históricas de la Feria de Primavera, Helo-Libo. «Cuando estábamos en la Feria del Ganado, sólo se servía vino porque la gente ya llevaba la comida», recuerda Luis. Más tarde si triunfaría el pollo asado de su caseta. «Entonces no se vendía y lo traían desde Sevilla».

Pero ellos supieron adaptarse a los tiempos. Fueron los primeros en vender medias botellas de fino. Para ello, tuvieron que mandar a embotellarlas en Cádiz. Pero es que además, fueron los impulsores de la venta por tickets. Innovadores.