Una de las zonas donde trabajan los gorrillas. / LA VOZ
EL PUERTO

Territorio gorrilla

Una decena de aparcacoches ilegales se busca la vida en la carretera de Sanlúcar

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Mujé, estamos en Feria. No pasa ná». Con esta sencilla y repetida frase más de uno justifica que una decena de aparcacoches ilegales se ponga literalmente en medio de la carretera de Sanlúcar intentando captar uno de sus tan ansiados clientes. A pesar de que se han habilitado hasta diez mil plazas en las fincas colindantes a Las Banderas, los gorrillas se han buscado de nuevo las vueltas para poder hacer de las suyas.

«Nos buscamos la vida como podemos», cuenta uno de estos aparcacoches que prefiere no decir su nombre. «Ahora no hay nadie en el centro y nosotros tenemos que seguir comiendo». Su aspecto demacrado, casi enfermizo, hace sospechar que su supervivencia no se limita al comer diariamente.

Gonzalo, un joven gaditano, ha llegado hoy a la Feria para disfrutar de un día de fiesta con sus amigos. «Lo he dejado en la misma carretera y le he pagado a un gorrilla un euro y medio». La pregunta es obvia: «¿Por qué le das dinero si ahí es gratis dejar el coche?». La respuesta es más predecible aún: «Me da miedo que le hagan algo al coche». La historia se repite con la mayoría de las personas a las que se le hace la misma cuestión.

El problema llega cuando los gorrillas son demasiados para un pequeño tramo. Eso ocurre en la Feria y las disputas pueden llegar en cualquier momento. La alternativa son los diez mil establecimientos que se han habilitado en las fincas colindantes a Las Banderas y que gestionan diferentes empresas. En ellas, a la entrada, los aparcacoches legales conviven día a día de Feria con los ilegales. La diferencia es que los primeros sí tienen asegurado su dinero al final de la jornada.

Precios

Hasta cuatro euros cuesta dejar el coche en uno de estos aparcamientos habilitados. «Son 24 horas», justifican los responsables de estos estacionamientos. «Creo que se aprovechan de esto y que sacarán un dineral de nosotros», lamenta una conductora al llegar al recinto.