Hoja Roja

La luz de Cádiz

A la gente le gusta Cádiz, para qué vamos a engañarnos

Yolanda Vallejo

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Parece que fue Lacroix, el de la Libertad guiando al pueblo con el pecho fuera de Rigoberta Bandini, el que se quedó totalmente deslumbrado por la luz de Cádiz en 1863. Venía, como todos, a descubrir un orientalismo andaluz tan exótico como atrasado, y ... se marchó de nuestra ciudad con una carpeta llena de acuarelas celestes tamizadas por el asombro de lo inesperado. Fue de los primeros en pintar nuestros cielos, que ya habían sido contados y cantados por muchos antes que él; desde Estrabón -ya lo sabe- que descubrió y describió Cádiz sin haberla visitado. También usted podría describir nuestra ciudad con los ojos cerrados, cegados por esta luz de primavera que nos regala los atardeceres más bonitos del planeta -suena manoseado, pero me encanta- capaces de ganarle la partida a las calimas, las borrascas, las lluvias de sangre, y las lenguas de polvo sahariano que, últimamente, no dejan de visitarnos, incapaces de empañar la luz que irradia Cádiz.

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