La Viña es Tokio con más pellizco, Tokio es la viña con más niguiri

Hoy quiero hablaros de dos cosas que conozco muy bien y que además, han sido claves en mi desarrollo personal: 'Dragon Ball' y 'La Chirigota del Canijo'.

Esta Chirigota, además de por sus tipos imposibles y su contribución al calentamiento global por el abuso del pegamento y el foame, es conocida por sus finales de popurrí.

Majestuosas piezas musicales que muchos desconocen que son obra del propio Canijo y no de los músicos que lo han acompañado.

A decir verdad, el diamante en bruto salía de la cabeza de Antonio Pedro, que no sabe tocar ningún instrumento, y poco a poco iba siendo pulido por las manos y el oído de sus escuderos; Ruben Navarro y 'Sehito' en sus primeros años, y por Javier Baena en sus últimas chirigotas.

La fusión cultural que motiva este artículo se dio lugar el año 2015 con la chirigota 'Los Clásicos del Teatro'. La melodía de este final de popurrí está sacada de la serie 'Dragon Ball GT'. Este ending es una canción titulada 'Dan Dan Kokoro Hikareteku' que se traduce más o menos como «poco a poco, cambiaste mi corazón». La letra de la canción fue escrita por Izumi Sakai, de la banda japonesa Zard y la música por Tetsurō Oda, compositor de varios hits en Japón.

No sorprende que en esa chirigota floreciese el sentimiento Otaku ya que grandes pilares de la misma, aunque ausentes en ese mismo año, son grandes conocedores de la cultura japonesa. Ellos son Juan Cozar y Sehito, este último actual componente de la comparsa del Chapa y mi asesor personal sobre anime y videojuegos.

Dragon Ball GT es un arco de Dragon Ball no canónico y en el que Akira Toriyama, creador del manga, trabajó solo como asesor y no de una forma tan directa como en el resto de la serie. Aunque no es de mis preferidas, reconozco que su 'Opening' sí que lo es y que esta canción es recordada con cariño por los fans de la serie.

Nos vemos la semana que viene con más frikismo.

Ja, mata! (じゃ、また – ¡Nos vemos!)