LA TRIBU

Valero

A sus 86 años sé que sueña con saltar a la yerba a defender la banda izquierda del Sevilla

Antonio Valero es un emblema del sevillismo ROCÍO RUZ
Antonio García Barbeito

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Fue el primer 3 sevillista de mis estampas infantiles, y creo que dejé los álbumes y él seguía con el 3, en aquellos cuatro nombres inolvidables: Mut, Santín, Campanal, Valero… Sobre la yerba estaba Antonio Valero Yubero el día que el Sevilla jugó por primera vez los Cuartos de la Copa de Europa. Y sobre la memoria seguía, esperando que se diera de nuevo la ocasión. Y se ha dado. Está como un chaval, de contento. Es natural, lo ha sido todo en el Sevilla: 3 fijo, internacional, Dorsal de Leyenda, Sevillista Ejemplar… Fue jugador y fue entrenador. Lo conocí más tarde, cuando el sevillismo hacía piña en torno al Centenario. Si un par de años antes celebré como niño que sueña con su infancia y la habita, al conocer a Marcelo Campanal en Gijón, no menos fue —fue como meterme en aquel primer álbum y retratarme con ellos— el día que en el antepalco del Pizjuán charlé largo y emocionado con él, Busto, Ruiz Sosa, Cardo, Arza, Diéguez, Domenech… Ay, aquel arroz que nos prometió Manolo Ruiz Sosa y que nunca pudimos catar, por la enfermedad que se lo llevó…

Tengo que llamar a Antonio Valero para felicitarlo, porque a sus 86 años sé que sueña con calzarse las botas, colocarse la camiseta y las calzonas y saltar a la yerba a defender la banda izquierda del Sevilla, que el Bayer es mucho Bayer y van a hacer falta sus piernas, su velocidad, su entrega… Tengo que llamarlo para decirle que sí, que va a jugar, que estará en esa alineación, que lleva sesenta años convocado para esa eliminatoria de Cuartos. Que no se impaciente, que el 3 es suyo, es suyo ese carril, por derecho. Antonio Valero, que aunque fue entrenador de mi hermano Jesús en el Sevilla Atlético me ha entrenado más a mí en el cariño y en la sencillez de su amistad, sabe que está en la alineación de mi vida, y yo, sin ser entrenador de nada, lo pongo todas las tardes que la memoria necesita decir de carrerilla una alineación como quien dice una oración deportiva, un santoral de once que siguen ahí, adorados por la fe de la infancia que había nacido blanquirroja y blanquirroja sigue. Te tengo ley, madrileño sevillano, querido Antonio Valero. Como se la tuve a los que te he mencionado, y como se la tengo a Cardo. Sé lo que estarás disfrutando con este nuevo paso europeo de ese Sevilla que llevamos donde duelen las cosas, donde las cosas alegran, donde se siente la pasión. Vas a jugar estos Cuartos, Antonio, por derecho propio. Me gustaría ver cómo, desde el sofá, la pierna izquierda se te irá hasta la yerba del Pizjuán cada vez que haya que cortar un avance rival o centrar. Así que ponte el 3, querido Antonio Valero.

antoniogbarbeito@gmail.com

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