OPINIÓN
De oposiciones y controversias
No se sabe si el opositor exagera o la administración muestra signos de desorganización y dejadez, pero yo solo digo que cuando el río suena…
El pasado sábado fueron los exámenes de oposición al cuerpo de docentes de Andalucía y por lo visto han levantado ampollas entre los opositores y la administración. Que un número de opositores se quejen del examen después de no haberles salido como ellos querían es normal, este tipo de personas muchas veces achacan su mala resolución de la prueba a factores externos, en lugar de a su falta de estudios, ya se sabe: «No tuve suerte con la bola, estaba muy nervioso, la clase olía a sudor y me desconcentraba, etc», también tienden a expandir ciertos bulillos, lo tradicional en las oposiciones en general, vamos.
Lo raro empieza cuando opositores de distintos tribunales, a kilómetros de distancia entre ellos, se quejan de variopintas situaciones, como que no había suficientes copias de exámenes, retrasando así el inicio del examen y por consiguiente estar dentro del aula más horas de las necesarias (yo he sido opositora también y una vez que entras no te dejan salir hasta el final, pero claro, con el examen por delante) no dejando salir al opositor ni para para ir al baño, como el caso, según cuentan ciertos medios, de la opositora a la que le bajó la regla y se vio obligada a cambiarse en la sala, ante el desconcierto e indignación del resto de los compañeros.
A esto se le una el cambio de última hora de algunas sedes, esto me lo ha contado de primera mano una persona a la que le pasó, prácticas que a los diez minutos estaban ya colgadas en internet, enunciados ininteligibles, bolas que volvían al bombo una vez fuera…demasiadas cositas en una sola convocatoria. Según la Junta todos los exámenes se adaptan a la norma y el proceso trascurre con normalidad, pero a saber qué es la normalidad, porque después de la pandemia anda un poco diluido el término y lo normal no tiene por qué ser lo correcto. En fin, no se sabe si el opositor exagera o la administración muestra signos de desorganización y dejadez, pero yo solo digo que cuando el río suena…