OPINIÓN
Ciencias sociales y la ley marital
Últimamente estoy leyendo comentarios y críticas de acciones antiguas con mentalidad actual sin saber contextualizar
Cuando yo estudiaba en el colegio la historia no era una asignatura en sí, sino que estaba encuadrada en la asignatura de ciencias sociales, la verdad es que no sé cómo la estudiarán ahora, pero entonces además de los hechos históricos fechados nos explicaban algo ... del entorno social de la época, como la jerarquía y costumbres en las primeras civilizaciones, la sociedad estamental de la Edad Media, las nuevas ideas del Renacimiento y la Ilustración, etc. Es decir, nos ponían en contexto los pensamientos y la forma de actuar de la época. ¿A qué viene todo esto? A que últimamente estoy leyendo comentarios y críticas de acciones antiguas con mentalidad actual sin saber contextualizar. Pongo un ejemplo: un hombre de la Edad Media fue obligado por su señor a ser el verdugo del pueblo, sin posibilidad de negarse, con el consiguiente estigma que su nueva profesión le acarrearía a lo largo de su vida. Ante esta historia una persona comentó que había que ser mediocre para no poder negarse, y yo pensé mediocre es hacer ese comentario con la mentalidad actual, donde vivimos en un estado de derecho, dando por sentado que esos derechos siempre han estado ahí. Y mira por donde no ha sido así, muchas personas han tenido que luchar y arriesgarse; unas veces vivir el ostracismo, otras simplemente no vivir porque las han mandado a la horca. Si no que se lo digan a Virginia Wolf, entre otras, que se llevaría las manos a la cabeza al leer reseñas actuales como la que leí yo el otro día: «¿Qué me va a contar esta antigua del feminismo? Todo lo que dice es demasiado obvio.» Actualmente no se dan cuenta que los derechos son relativamente nuevos y lo que es obvio ahora, no lo era hace unos años. Sin ir muy lejos la ley marital cumple solo 50 años de su derogación, estuvo vigente desde 1889 hasta 1975, (algo más laxa durante la II República, pero vigente). Nuestras abuelas no tenían tan claro lo de no pedir permiso al marido para abrir una cuenta corriente.