La opinión

Señoros del Carnaval

En loor de multitudes fueron recibidas por el norte de España las mujeres de la comparsa 'We Can Do'; en San Sebastián, Errentería, Hondarribia o Santoña han sido aclamadas y vitoreadas

Nandi Migueles

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En loor de multitudes fueron recibidas por el norte de España las mujeres de la comparsa 'We Can Do' según cuentan algunas de sus protagonistas. En San Sebastián, Errentería, Hondarribia o Santoña han sido aclamadas y vitoreadas con un cariño tan especial como emocionante.

Recogidas como artistas y con admiración a las cuales conocían hasta por sus nombres propios. Este recibimiento era inusual hasta ahora, pues nunca habían invitado a participar en estos festivales a agrupaciones femeninas. La cosa parece que va cambiando.

El mundo del carnaval al igual que la sociedad está asimilando que la distinción de sexos es otra cosa, que el género de una persona no da la calidad humana, ni la inteligencia, ni la capacidad de creación artística. El género no es quién otorga cualidades superiores o singulares en las personas, en la mayoría de los casos es el estudio diario, el innatismo y el trabajo persistente en cada tarea.

Algunas críticas machistas de carnavaleros han surgido por ese viaje y es muy lamentable. En nuestro mundo, existen y existirán por desgracia, esos tipos de hombres a los que hoy día se les llama 'señoros'.

En las redes son muchos estos personajes que, sin ser partícipes directos de la fiesta, opinan como si fuesen miembros de un sanedrín de expertos, pero también son autores, directores, intérpretes, músicos e integrantes de nuestras agrupaciones los que forman parte de esa lista interminable de nombres. Autores que mientras hablan miran alrededor creando un hábitat inconfundible para que los demás callen cuando él diserta. Suelen ser mediocres en sus composiciones y a lo sumo habrán llegado alguna vez a semifinales. En la lista alegórica que os hablo hay muchas figuras solistas del mundo de la octavilla y segundas de voz profunda. No entienden que haya mujeres que canten y expresen igual o mejor que cualquier hombre.

Un submundo de catetos acomplejados por cientos de traumas y retraimientos infantiles que seguramente Sigmund Freud sacaría a flote con un sencillo psicoanálisis.

El 'señoro' no opina, dicta sentencia, no deja hablar a nadie, pero mucho menos a una mujer. Se considera superior en todo. En creatividad, en experiencia, en autoridad, en todo aquello donde pueda ver peligrar su estado actual de bienestar carnavalesco.

Estoy seguro que la mayoría de ellos habrá oído como mucho un pasodoble de la comparsa de 'We Can Do', no les merece la pena. A los 'señoros' los encontramos en altos cargos y mandos de empresas y con nombre de varón. Algunos dirigen periódicos o programas de radio, otros son capataces y cargadores de pasos, los encontraremos en muchas de nuestras peñas y en asociaciones carnavalescas. En foros y en lugares donde sacan su gracia innata para hacerse notar. Ponen la palabra 'bonita' o 'hija' delante de cada diálogo que establece con una mujer.

En otros ámbitos se les oye decir frases como «para ser mujer no está mal, mi semen es de fuerza, mujer tenía que ser, la mujer se ocupa de sus hijos por eso no hay más médicas en la privada…»

Por cierto, 2.500 invitados en la Zarzuela para celebrar el Día de la Hispanidad y en las invitaciones para asistir aún utilizan ese anacronismo para el acompañante de 'señora' porque el software considera que si se trata de un varón irá con una mujer. Carcas.

Si escuchan hablar a Marta y Bea, autora y directora respectivamente de la comparsa 'We Can Do', se quedarán boquiabiertos. Enhorabuena por vuestro éxito.

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