Aquí no se rinde nadie

A los demás nos corresponde reflexionar. Qué hicimos mal, qué debemos mejorar, qué necesitamos para estar de nuevo en el podio, cuál es el secreto. A muchos nos tocará meditar también si ya pasó nuestra época, si toca retirarnos o si tal vez nuestras cabezas ya están lo bastantes exprimidas de carnaval y deberíamos dejar nuestro asiento libre. En caliente es complicado considerar algunas de estas cuestiones que planteo, tendremos que dejar pasar algunas semanas para que caigan al fondo de nuestro aceite carnavalero todas las impurezas y mugre que nuestra cochura ha ido dejando por el camino, tomar decisiones ahora no sirven de mucho.

En estas semanas toca disfrutar y sacar partido de lo que tenemos. Para algunos esta premisa no existe, en mi caso es la más importante. Ganar o quedar entre los primeros es una de mis prioridades al construir el nuevo coro pero no es la más importante de ellas. Pasarlo bien durante los ensayos y divertirnos cada día durante el carnaval en la calle va por delante. De qué sirve el éxito si luego en la calle te pierdes dentro de tu vanidad y egos personales. De nada sirve llegar al culmen si al mirar atrás tienes la sensación de que no has hecho lo correcto, que profanaste la memoria de tus antepasados o que has usado el todo vale para triunfar.

Está claro que el público, la prensa y los jurados están entregados a esas innovaciones, solo cabe decidir si queremos mantener la tradición de un carnaval gaditano y único o partir la baraja y convertirnos en un carnaval más.

Aquí no se rinde nadie, o si.