Opinión

El legado de Julio

Del grupo de nuestra generación de autores que aún intentamos seguir en el podio y que luchamos cada año contra las nuevas generaciones de autores coristas solo quedábamos él y yo

Nandi Migueles

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Después de llevar cuarenta años compitiendo en el concurso junto a Julio Pardo va el hombre y se quita de en medio, eso no se hace. Sí, he dicho junto y no contra él. Del grupo de nuestra generación de autores que aún intentamos seguir en el podio y que luchamos cada año contra las nuevas generaciones de autores coristas solo quedábamos él y yo. Nuestros antiguos autores contrincantes en la élite eran por entonces, Quico Zamora, Rafael Pastrana, Antonio Martín, Pepe Martínez, Antonio García del coro de Puerto Real, Juan Antonio Lama y Salvador Longobardo y contra ellos combatíamos siempre. Hoy día la mayoría de éstos no están en activo, otros por circunstancias distintas no están al mismo nivel y otros por desgracia se nos fueron.

Me has dejado solo, eso no se hace. Me estás empujando a irme antes de que me pase como al resto. No quiero hacer el ridículo ni caer en el olvido.

La última de nuestras conversaciones fue hace cuatro días y decía algo así. Buen coro Nandi, buen coro Julio, como se nota la mano de tu niño Julito este año, pues anda que la mano de tu hija Inés no se queda atrás, ¿qué te están pareciendo los coros?, muy fuertes pero demasiado modernos tal vez le dije, pues la culpa de todo estos modernismos y salidas de madre la tenemos tú y yo, me apostilló, es verdad Julio, pusimos las semillas tú con tu Perestroika particular y yo con mi revolución escénica y musical, convertimos al coro estático y aburrido en el coro dinámico y divertido de hoy, te voy a sacar cien puntos en la final, me dijo, primero tendrás que pasar, le contesté.

Nuestra relación siempre fue muy amigable y cariñosa, nuestro pique duró hasta hace cuatro días, desde 1984 hasta ahora y mi admiración durará para siempre.

Que su legado musical y artístico es una barbaridad nadie lo va a cuestionar, ha sido y creo que será el número uno de los coros para la eternidad, sin igual.

Un legado bestial que se queda insignificante al lado de su legado personal, sus hijos. María, Lucía y Julio. Los tres con una educación exquisita y un amor por su Cádiz y todo lo nuestro envidiable. Tres hijos criados con su mujer Manoli y de la cuál solo he oído a lo largo de todos estos años el buen trato y profesionalidad con que trataba y atendía a sus pacientes. Su mejor tango, su familia.

Larga vida al rey.

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