Opinión | Carnaval

Soy fan

El carnaval me ha permitido estar cerca de cientos de personas con talento. Autores e intérpretes de todas las modalidades que nos regalan sus obras en cada concurso y en la calle

El fallecido, Paco Rosado

Miriam Peralta

Cádiz

Nunca fui de idolatrar. Sí de admirar, de reconocer en músicos o actrices la excelencia, de disfrutar de una forma casi enfermiza una película o reproducir en bucle un disco.

Pero mis carpetas estaban forradas con envoltorios de sugus, y nunca lucieron en ellas el cantante del momento, ni las fotos de la portada del super pop del artista de moda.

Me pasa igual con el carnaval. Intento disfrutar de las coplas más allá de los apellidos, de su procedencia o del historial de quienes la firman o la interpretan. Y si bien no soy una de esas fans que siguen de forma incondicional a un carnavalero, no puedo dejar de reconocer que hay personas en la fiesta a las que tengo en un pedestal.

Admiro a Paco Rosado. Lo digo en presente porque aunque hace más dos años que nos falta, su legado y el recuerdo de los momentos compartidos, permanecen. Y su ausencia hace a esta Cádiz un poco menos Cadi.

El carnaval me ha permitido estar cerca de cientos de personas con talento. Autores e intérpretes de todas las modalidades que nos regalan sus obras en cada concurso y en la calle. Pero hoy me quedo con dos personas que están fuera del foco del escenario. Y sin embargo, dos piezas imprescindibles en el engranaje de la maquinaria del Gran Teatro Falla.

En mis primeros años me encargaron presentar la Gala Lo mejó de lo Mejón junto a Eduardo Bablé. Atacada de los nervios por hacerlo en el escenario del Falla, jamás hasta entonces sentí tanta responsabilidad. Miguel Ángel Fuertes me imponía muchísimo (aún hoy), pero su charla previa y sus consejos fueron clave en aquel gran reto que tenía por delante. «No vayas tan rápida en el escenario, salmendra, deléitate». Eduardo me tomó de la mano, «tú mandas, y yo te acompaño». Dos personas a las que admiraba muchísimo me dieron la confianza que necesitaba.

Dos grandes que esté 2024 afrontan su ultimo concurso: la voz del Teatro Falla, y el corazón del escenario. Y aunque estoy segura de que sus futuros relevos harán un magnífico trabajo, tengo la certeza de que sin Miguel Ángel Fuertes y Eduardo Bablé, el concurso perderá un trocito de su alma.

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