OPINIÓN

La rueda del hámster

Parecemos inmersos, con los retos de la juventud, en una 'rueda de hámster' en la que corremos, entre artículos y datos, pero no nos damos cuenta que estamos atrapados sin salida

Aunque la prensa escrita parezca no estar de moda, frecuentemente encontramos en ella noticias hablando de las dificultades de los jóvenes españoles para desarrollar un proyecto de vida. ...

Entre tanta noticia y análisis, puede que todos hayamos entendido la teoría, pero la práctica nos queda pendiente. Parecemos inmersos, con los retos de la juventud, en una 'rueda de hámster' en la que corremos, entre artículos y datos, pero no nos damos cuenta que estamos atrapados sin salida. Coincidimos en los retos, pero olvidamos buscar la llave para abrir la puerta.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta, cuando hablamos de «proyecto de vida» para los jóvenes, es la necesidad de recalcar que lo que hacen falta son políticas que generen oportunidades, evitando parches «placebo». Con valentía, hay que explicar que frecuentemente la cultura de las subvenciones con dinero público a fondo perdido, no suele mejorar sino empeorar los problemas. Y es que, a la larga, lo útil es dar la caña y enseñar a pescar, en vez de dar, directamente, el pez. Los jóvenes somos, generalmente, reflejo de ganas, de crecer y comerse el mundo, y esas soluciones anestesian cualquier tipo de deseo de prosperar.

Ese cambio de mentalidad, es el primer paso para abandonar la 'rueda de hámster'. Un cambio de mentalidad que lleva incluido abrir los ojos con la gran mayoría de políticas del Gobierno central: ideología caduca por encima de la eficacia, propaganda, y cortoplacismo frente a medidas que traigan beneficios a largo plazo.

Hay dos hechos que demuestran que quienes nos gobiernan en España van en dirección contraria y que refutan cualquier sinónimo de triunfalismo: en primer lugar de 2022 a 2023, el poder adquisitivo de los jóvenes cayó un 3,3% y el de los «hogares jóvenes» un 6,6% de media. En los últimos 15 años, en total, un 20% de pérdida, experimentando la mayor caída - ¡oh, casualidad! - en la etapa del Gobierno de Zapatero. En segundo lugar, con este Gobierno la palabra «joven» asociada a «empleo», se ha convertido en sinónimo de ser «fijo discontinuo». A mediados de 2021, antes de la última reforma laboral, había 21.173 jóvenes en España con este tipo de contrato. A mediados de 2023, y aunque al Gobierno le cueste dar estos datos, se estima que la cifra ascendía a 283.481, 13 veces más.

Esa es la radiografía, con la que, a veces, nos obsesionamos, pero no profundizamos en su solución. Y esta pasa, no hay duda, por políticas que garanticen un desarrollo formativo de calidad, basado en el mérito, el esfuerzo y contenidos eficaces. Pasa por ser un lugar que apoye a la creación de riqueza y no la criminalice, que fomente e impulse el espíritu emprendedor. Pasa porque España se ponga a la cabeza de políticas innovadoras de vivienda, que no dinamiten el mercado, sino que amplíen el abanico de soluciones para ajustar la oferta y la demanda. Pasan por evitar que un ministro ataque a empresas que permiten que los españoles se muevan libremente por el territorio a precios asequibles. En definitiva, una solución que pasa por salir de la «rueda de hámster», y aplicar soluciones eficaces. Algunos lugares dentro de España ya lo intentan, pero encuentran un tapón superior que no les permite avanzar. Y es que, da la sensación de que a algunos no les interesa que la rueda deje de girar y que la jaula se quede vacía.

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