OPINIÓN
Día de la Patrona
Ha querido el calendario que mi primera columna del mes de octubre coincida con el día de la Virgen del Rosario
Ha querido el calendario que mi primera columna del mes de octubre coincida con el día de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad de Cádiz.
Es, además, una bonita «casualidad» que sea, precisamente, esta devoción la que veneremos, ya que encaja con dos ... características que nos identifican como ciudad.
Por un lado, el «Rosario» es una de las oraciones más universales de la Iglesia Católica. Cádiz tiene, sin duda, en su ADN ese gen innato de ser universal, de trascender océanos y continentes. Por otro lado, esta advocación es, también, la patrona de los frailes dominicos, la orden de los predicadores, expertos en «transmitir» con la palabra. Aquí lo sabemos bien, gracias al Padre Pascual Saturio. Además, tanta relación tiene nuestra ciudad con la palabra, que fuimos capital mundial de la Lengua Española hace relativamente poco.
La devoción por la Patrona es, por tanto, esencia de nuestro Cádiz. Y eso podría sonar al tópico de las «tres cés» - carnaval, cofradías y Cádiz CF - que es, generalmente, muy reduccionista. Es cierto, como suele decirse, que «no solo de pan vive el hombre», y por tanto, nuestra ciudad no debe quedarse solo anclada en ese triángulo, pero estas tres esquinas, donde se incluye esa devoción a la Virgen del Rosario, explican cuáles son los cimientos de nuestra identidad.
Somos lo que somos, con nuestras imperfecciones pero, sobre todo, para lo bueno gracias a esas «tres cés». Éstas cosen la ciudad como las cuentas de un rosario unidas entre sí. Para unirnos como unió nuestra trama urbana la obra del soterramiento, cerrando una herida abierta entre dos lados.
Gracias a ellas, la ruptura total entre grupos de población, en Cádiz, es muy difícil que se produzca. Consiguen, incluso, que polos opuestos acaben confluyendo y remando juntos en causas comunes.
El cóctel entre las tres «cés» y nuestras características geográficas, dan como resultado un «lugar de luz» donde convivir en paz es razonablemente fácil. A partir de ahí, sumando otras «cés» y las letras que queramos, pero pisando sobre esos cimientos sólidos, lo tenemos todo para construir una ciudad que afronte unida sus retos con decisión.
Ese deseo, el de mantener nuestra esencia que a todos enamora, pero sumando un futuro de esperanza, es el mejor que podemos dejar en las manos de nuestra patrona en este día que los gaditanos hoy celebramos.
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