La alternativa

El curso que entra va a estar marcado, como muchos apuntan, por una nueva crisis económica o, al menos, por el incremento de la intensidad de la actual.

Este empeoramiento se notará en los bolsillos de los hogares y, como suele ocurrir con frecuencia, tendrá efecto en las diferentes encuestas que se publiquen. Encuestas que, como afluentes de un río, desembocarán en las elecciones municipales - y en ciertos lugares autonómicas - del próximo mes de mayo.

Como experiencias pasadas nos recuerdan, cuando las urnas se abren en periodo de incertidumbre económica, si el partido de gobierno en el poder ejecutivo central no es capaz de hacer frente a la crisis con medidas efectivas, suele llevarse un duro correctivo. Éste se hará más grande en las elecciones generales.

España ya ha vivido esta situación:

1. Periodo de bonanza generado con un gobierno anterior.

2. Cambio político en el gobierno. Gasto público desmedido y derroche de recursos. Inicio de políticas ideológicas de división social y debilitamiento institucional.

3. Estallido de crisis económica global que a nuestro país afecta con mayor dureza por no encarar la situación con el rigor necesario. Mientras tanto, el gasto público sigue disparado. El partido en el poder se dedica a otras cuestiones que solo dividen a los españoles y resquebrajan nuestra democracia.

4. Correctivo electoral que desaloja a quien tiene el poder cuando estamos al borde del abismo.

5. Llegada al poder del partido que contribuyó al periodo de bonanza. Sacrificios y duros esfuerzos que consiguen estabilizar la situación con recuperación a ritmo impensable.

6. Cuando mejor estamos, el partido de gobierno que ha hecho por sacarnos de la crisis, por diversas circunstancias, vuelve a la oposición.

7. Llegada al gobierno del partido que no solo no supo frenar la crisis, sino que con sus políticas la agravó dejando, además, división social y debilitamiento institucional.

8. Vuelta a empezar.

España es un país maravilloso, pero con poca memoria. La historia se repite cíclicamente, y solo apelamos a la política seria cuando la situación ya es insostenible.

Por eso, quienes creen en la política de solucionar problemas y no crear otros nuevos, en estos días de vacaciones, con la mente despejada, tienen la oportunidad de reflexionar sobre cómo construir una alternativa atractiva para que esta manera de gestionar no se quede solo en un parche temporal que arregle las decisiones ruinosas que toma el partido instalado en la Moncloa. Una alternativa de presente y de futuro que sí que parece haberse consolidado en algunas Comunidades Autónomas, la más reciente: Andalucía.

Es por ello que el reto que tiene ahora mismo la 'alternativa' al Gobierno, no es solo llegar al poder para solucionar la situación - eso previsiblemente llegará - sino mantenerse el tiempo suficiente para que el cambio se consolide y el impulso que necesita nuestra nación se consume.

Las propuestas y políticas que se hagan, así como su resultado, serán fundamentales. Sin embargo, es la percepción, la comunicación, las ideas ilusionantes y la proyección que se haga del futuro, lo que realmente decante que las políticas que demanda España se asienten.

El verano es un tiempo, como decíamos, para descansar, pero también para trazar el futuro. Lo que nos viene pinta mal. Hay que estar preparados y no solamente solucionar los problemas sino, evitar que, en el futuro, se repitan.