OPINIÓN

Tradición a reivindicar

Las almadrabas siguen maltratadas pese a ser respetuosas con el medio como ninguna otra técnica pesquera

Es una de las artes de captura de pesca más antiguas en todo el mundo. Admirada y respetada, por respetuosa con el medio ambiente. Durante generaciones se ha ido traspasando de padres a hijos y actualmente 500 familias continúan viviendo directamente de la almadraba . La cifra, incluso, podría crecer a la espera de que se confirme la apertura de una quinta en Chiclana , en el también histórico entorno de Sancti Petri.

Pero hace unos años, demasiados ya, las autoridades consideraron que había llegado el momento de poner coto a las capturas de atún ante la gravedad que corría la especie, según los pescadores, debido a la «pesca indiscriminada de los atuneros japoneses, italianos y griegos», de auténticas flotas que en el Atlántico profundo, entre otras zonas, utilizan desde helicópteros hasta sondas y explosivos para causar auténticas matanzas con las que esquilmar los océanos a cualquier precio.

Desde entonces pagan justos (almadraberos) por pecadores (pescadores a gran escala) y la cuota se ha visto reducida considerablemente, progresivamente, sin que parezca llegar la marcha atrás, el retorno a un punto de sensatez. El estancamiento se produce a pesar de que, como apuntan los profesionales del sector, llevan viendo desde hace un par de años cómo el número de atunes que se ven obligados a devolver al mar aumenta cada año.

A finales de este mes comienza una nueva temporada de almadrabas y los almadraberos ya saben que su cuota de capturas para este año volverá a ser muy corta: 1.350 toneladas. Tendrán que acudir, de nuevo, a comprar cupo de capturas a otras zonas donde ni quieren ni pueden llegar a las cifras que tienen asignadas. Esta situación de incertidumbre provoca que los pescadores no sepan cuánto van a poder cobrar por pieza adquirida ni puedan establecer con la flota vasca por cuanto podrán adquirir el atún sobrante de sus caladeros.

Lo que sí que saben las almadrabas gaditanas desde hace unos cinco años es que tras muchas lucha por fin han entrado a formar parte de la normativa comunitaria, lo que implica que sus necesidades serán escuchadas y que desde las instancias europeas se empezará a pelear por mantener y darle el lugar que se merece a una de las tradiciones pesqueras más importantes de Andalucía, España y todo el mundo.

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