OPINIÓN

Sirenas y campanas

El pueblo de París en la explanada de la iglesia era la imagen de la fragilidad

Personas observan Notre Dame tras el incendio. AFP

Francisco Apaolaza

Ahora con este fuego recuerdo París después de los atentados como una postal vacía, una invitación a la locura. Aquella noche todas las terrazas que empezaron tímidamente a abrir se aparecían desordenadas, como si todas las mesas de la ciudad permanecieran aún volcadas por las ...

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