EL APUNTE

Una operación naval sin barcos

La lucha contra las mafias de la inmigración en el Mediterráneo sufre un varapalo por la suspensión de sus activos navales

¿Cómo se puede llevar a efecto una operación naval sin barcos? Esa es la pregunta que de momento dibuja una situación bastante surrealista. La Unión Europea ha decidido suspender temporalmente el envío de buques a la operación ‘Sophia’ por desacuerdos entre los países miembros sobre el desembarco de las cientos de personas que rescatan en el Mediterráneo.El pasado 27 de marzo la UE acordó prorrogar este operativo por seis meses, pero «con una suspensión temporal de sus activos navales», según expresaron. Al parecer las diferencias de criterios entre los gobiernos comunitarios, sobre todo en el caso de Italia, uno de los países más ‘afectados’ al recibir en sus puertos más migrantes, ha sido la causa de este parón.

España ha sido uno de los principales valedores de esta misión humanitaria. Participa en ‘Sophia’ desde que se puso en marcha en 2015. Lo hacía con un buque de la Armada y un destacamento aéreo táctico, además aportaba dotación personal al Cuartel General estratégico de Roma. Sin embargo, esta colaboración de momento es pasado. El buque ya ha vuelto a su base y, por lo tanto, su dotación ha dejado aparcada la importantísima labor de luchar contra las mafias que trafican con seres humanos en el Mediterráneo.

El trabajo en este tiempo de los militares españoles ha sido determinante. En los once relevos que han hecho –nueve de ellos con fragatas de la Armada Española con base en Rota– han rescatado a casi 16.000 personas, 16.000 vidas humanas que naufragaban perdidas y desesperadas sin rumbo. De ellas, más de 14.000 han sido sacadas del agua por fragatas gaditanas. Una cifra que da cuenta de la efectividad y la entrega que su dotación ha tenido para cumplir firmemente con la misión que se les había encomendado.

Ahora ese cometido se queda en el aire hasta que los que deciden tengan a bien aportar soluciones y llegar a acuerdos. Pero mientras, las mafias seguirán actuando. Jamás descansan. Y miles de personas continuarán jugándose la vida escapando de las eternas miserias que tampoco se arreglan en sus países de origen. Seguirán buscando un refugio, una escapatoria, para sobrevivir. Estamos hablando de vidas humanas y por tanto las negociaciones que estén sobre la mesa son cuanto menos urgentes.

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