Onda Cádiz-Canal Sur: mucho dinero en juego

La decisión cuenta con numerosas lecturas e interpretaciones, diferentes desde el punto de vista asumido y la perspectiva futura. Pero es tremendamente arriesgada, con mucho más que perder que ganar. Es la postura de alguien que se ve con la sartén por el mango y con una buena jugada en su mano para atreverse a jugar la partida. O un temerario que va de farol.

En este momento del juego, el Carnaval de Cádiz se verá mermado en su difusión, y por tanto no sólo en su notoriedad–popularidad sino en su retorno económico. Hablando en plata, esto cuesta dinero. Menos ingresos por publicidad, posiblemente menos contratos para las punteras (quizás no a corto plazo, pero sí más adelante) y menos ganancias para los protagonistas, autores e intérpretes. Querer paliar la audiencia en televisión con el ‘streaming’ de internet es tan ingenuo que se puede malinterpretar.

Insisten en que habrá acuerdo, que de una manera u otra todos los andaluces disfrutarán de las coplas, pero para ello espera un largo y duro negociado con una RTVA molesta por las formas (se enteraron por la prensa de la segunda oferta). De primeras rechazan semifinales y solo apuestan por la Gran Final, su maná, por lo que el montante ofrecido se reducirá en una enorme porción. Y aquí llega el segundo problema.

¿Puede asumir Onda Cádiz esta inversión de casi medio millón de euros en solitario? ¿La televisión local de servicio público de un Ayuntamiento que hace bandera de las inversiones sociales y se atreve a ‘hipotecar’ gran parte de su presupuesto por la fiesta de la ciudad? Tajantemente, la respuesta es no. Ya el pasado Concurso resultó deficitario, por eso necesita el oxígeno que le preste Canal Sur... u otra operadora.

La excelencia en la retransmisión la aseguran ambas. El cariño es absoluto por las dos partes. Pero entre las aguas calmadas ahora se abre un camino incierto. Muchos riesgos para un patrimonio gaditano y universal que para desgracia se verá afectado por intereses de carácter político (Junta vs Ayuntamiento). Porque la política entra de nuevo en el Carnaval. Si es que alguna vez salió de él.