Agrupaciones rentables

En carnaval esta búsqueda del provecho está creciendo desorbitadamente

El único altruismo puro que conozco es el que se hace por amor; a nuestras parejas a nuestros hijos o a nuestras familias. Casi todo lo demás busca en el fondo una rentabilidad propia, ya bien sea económica, social o personal. Todos tenemos un gen ... innato del rédito que usamos en cada historia que iniciamos.

En carnaval esta búsqueda del provecho está creciendo desorbitadamente. Prospera tanto que considero que los repertorios y la raíz de nuestra tradición están quedando en un segundo término. Ni mejor ni peor, diferente. La prioridad de los grupos hoy día no es cantar al pueblo de Cádiz en su fiesta local, es traspasar fronteras para luego rentabilizar de alguna manera sus repertorios, ya sea económica, personal o socialmente. Antiguamente las agrupaciones punteras incorporaban en sus repertorios algún que otro tema con vista a futuros contratos fuera de nuestra localidad. Hoy día esa premisa ha dado la vuelta. La mayoría de grupos incorporan solo algún tema dedicado a nuestra ciudad y el resto con las miras puestas al exterior. Letras, músicas, disfraces y puestas de escenas que sirvan tanto en Cádiz como en Pamplona. Actualmente, de las letras que lleva una agrupación, dos solamente se dedican a nuestra ciudad y su gente, el resto al universo. Es más fácil criticar al gobierno central por la subida del precio de la luz, que escribir una letra de rechazo a Kichi pidiendo que mejore el servicio de limpieza en la ciudad que es de pena, por ejemplo. Por un lado, los autores evitan enfrentarse al poder más cercano y por otro orientan sus temas en búsqueda de una futura rentabilidad. Cada cual es libre de realizar sus agrupaciones y repertorios como les salga del antifaz, pero debemos de cuidar un poco el origen y sentido de nuestra cultura local. La expansión y modernidad son necesarias, es lo que marca la actualidad, pero no deben de estar por encima y mucho menos enfrentadas con salvaguardar y marcar las características que diferenciaban a nuestro carnaval de otros. Hay que distar claramente entre un pasodoble de una canción, un coro de un conjunto de animación, una chirigota de un grupo cómico, un cuarteto de contadores de chistes, un tipo de carnaval de Cádiz a unos modelos de la pasarela Cibeles. Los grupos tocan, cantan, bailan y visten cada vez mejor pero cada vez más alejados, a mi modesto entender, de nuestra esencia. Las comparsas suenan a cantautores asociados, los coros a películas de Disney, las chirigotas a canta-juegos infantiles y los cuartetos al dúo de Faemino y Cansado. La generalidad y globalización lleva a que todos hagamos y consumamos lo mismo. Nuestros grupos aparte de no poder escaparse de las corrientes modernas y evolutivas que mueven la sociedad, están siendo absorbidos por aquello que más vende y sea más cosmopolita. Agrupaciones con maneras universales que cada vez se identifican menos con la raíz gaditana. El pellizco, el compás del tango y en el pasodoble, el doble sentido, la originalidad del tipo y no el corta y pega de ahora, la impronta o chispa gaditana y nuestros temas locales, son vitales para hacer agrupaciones que suenen a Cádiz. Estar abierto al mundo no significa renunciar a lo nuestro, es abrirse con lo nuestro.

Aunque sea lícito buscar la rentabilidad pido encarecidamente que nuestro carnaval no pase de ser el singular y único en el mundo que considerábamos, a un carnaval más entre otros.

No a la invasión.

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