In memoriam: Paco ‘Jardi’

Hace años que nos conocemos, desde aquel foro cofrade ‘Ole, ole los locos’. ¿Te acuerdas Paco? y después ‘Azul y plata’, ese que tantas amistades cibernéticas nos dio y donde después se han hecho verdaderos amigos físicos. Cómo nos picábamos unos a otros en esos foros para hacernos saltar pero sin ninguna maldad, simplemente por echar el rato y reírnos, a sabiendas que una vez que se cerrara el ordenador todo se quedaba en el ciberespacio.

De ahí pasamos a llamarnos cuñados y todo ello porque mi mujer era hermana tuya en la Hermandad de la Soledad. No te quepa la menor duda que sabemos del cariño y el aprecio que le tenías a mi mujer, a la que la apoyaste en duros momentos de la vida. He de confesarte, Paco, que lo de cuñado me ha dado momentos gloriosos, como en las últimas elecciones andaluzas, aunque creo que esto no te lo llegue a contar. Pues bien, estando sentado como apoderado de mi partido, de ese al que tu le dabas tanta caña y, en muchas ocasiones, solo para buscarme la lengua, se me acercó un apoderado de Podemos y estuvimos charlando de cómo iban transcurriendo las elecciones. En un momento determinado este hombre me pregunta por la mesa donde le había tocado a mi cuñado. Con cara de extrañeza le preguntó porque cuñado, ya que los que tengo no están metidos en nada político, y me dice «si, Paco ‘Jardi’ ¿no es tu cuñado?» La verdad que no me pude reír más y le explique de donde venía todo, a lo que él me contestó que como te veía en Facebook dirigirte a mí como ‘cuñado’ pues pensaba que era así.

Recuerdo la de veces que has velado por mi cuando me metí en esto de la política, advirtiéndome de cosas que no debía de poner porque no eran buenas para mí o cuando salías al paso a algún comentario en Facebook que alguien ponía en mi muero sacando la cara por mí. Gracias, Paco.

He de reconocerte que la lectura de tu marcha me dejo en shock, creo que siempre recordaré donde estaba ese día, en la plaza Quintana de Mortos al lado de la Catedral de Santiago, que nombre más oportuno. Te confieso que leer ese mensaje en whattsapp hizo que se me saltarán las lágrimas, no solo por lo pronto de la misma sino por lo injusta que ha sido la parca con llevarte en este instante. Estabas viviendo un momento de reconocimiento a todo el esfuerzo que estabas haciendo por recuperar esas coplas antiguas del carnaval de Cádiz.

Paco, estés donde estés, vela por los que nos quedamos aquí. Y ya sabes, como te gustaba a ti despedirte: ‘Salud, cadismo y libertad’.