El Apunte

Maniqueísmo y okupas

El Ayuntamiento se apresura a declarar como ‘los buenos’ a los que han invadido un edificio propiedad de todos los gaditanos

El drama del desahucio se convirtió hace unos diez años en un drama recurrente en la sociedad gaditana, en toda España. Representaba la última y mayor consecuencia del abuso de un sistema económico cruel, inhumano, sobre los ciudadanos y las familias con menos recursos. Era ... fácil empatizar con cada víctima de cada caso, sin entrar a valorar las circunstancias. Se trata de una quiebra personal como pocas puedan sufrirse y los que lo padecen necesitan de toda la solidaridad de su entorno. Una de las primeras imágenes impactantes del actual equipo de Gobierno en Cádiz, allá por 2015, fue la de varios concejales siendo izados por miembros de la Policía Nacional cuando se oponían a uno de estos desahucios en el casco antiguo gaditano. Casi 1.400 se ejecutaron en el aún reciente año 2017, una cifra importante que viene a mostrar que el conflicto no ha quedado tan atrás como pueda pensarse.

En años anteriores, la estadística decía que la mayoría de los desahucios provenía del impago de la hipoteca. En los tres últimos años, sin embargo, es mayor el número de los desalojados por no pagar el alquiler. La ideología que alzó a Podemos hasta escaños y concejalías por toda España, sin embargo, equipara a desahuciados y okupas. Nadie merece ser desalojado de una vivienda o local, aunque haya violado la sagrada propiedad privada por motivos tan peregrinos como que un inmueble no está bien aprovechado. Parece que los que dan una patada para tirar la puerta y entrar son los que tienen la potestad de decidir qué espacios (de Valcárcel a un edificio barcelonés) están bien aprovechados o no, qué uso deben tener, qué pisos merecen ser habitados y por quién.

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