El legado de un genio del Carnaval

Aunque no estuvieses de acuerdo con muchas de sus letras, de pronto te topas con un pasodoble como el de'Cádiz, tacita de plata' de "Los Millonarios" y no puedes sino caer rendido a los pies de Don Juan Carlos Aragón

Aragón, caracterizado de Capitán Veneno junto a su comparsa Los Millonarios L. V.

Nunca llegué a conocer personalmente a Juan Carlos Aragón. Pero sí, y muy profundamente, –o todo lo profundamente que puede hacerlo un simple aficionado– su faceta carnavalera. Sus comparsas y, sobre todo, sus chirigotas. Era un autor que, como otros grandes como el Selu, ManoloSantander,Antonio Martín o Martínez Ares, nos han acompañado a través de sus letras en muchos de los momentos importantes de nuestras vidas. Todo aquel al que le guste mínimamente el Carnaval tiene algún detalle, alguna vivencia, asociada a una agrupación. El año 92 no hubiese sido igual para muchos de nosotros sin la chirigota ‘El que la lleva la entiende’. Los Borrachos, ya sabe. Cuando se nos viene a la cabeza el cuplé de la verja del muelle automáticamente nos salta un resorte en el cerebro que nos conduce a un momento personal. A cuando lo cantamos con los amigos en aquella fiesta o lo escuchábamos mientras hacíamos un trabajo en la Universidad. Lo mismo ocurre con la comparsa ‘Los Piratas’, de Martínez Ares, del año 98. Son letras y músicas que han quedado para la posteridad. «A mi Juan yo lo he matao» es una frase grabada en las mentes de miles de gaditanos y no gaditanos, como lo es el himno oficioso del Cádiz de la ‘Familia Pepperoni’. Y otras coplas más antiguas como ‘Caleta’ de Martín o el Vaporcito de El Puerto de Paco Alba.

Y de estas letras y agrupaciones que forman ya parte de la historia del Carnaval ha dejado un buen puñado Juan Carlos Aragón antes de irse. Por eso siempre estará vivo en los corazones de muchísimas personas. Lo cual es el mejor legado que puede dejar cualquiera que pase por este mundo. ‘Kadi City’ o ‘Los Yesterday’ son sin duda dos de las mejores chirigotas de la historia. Cuando a uno estas cosas le ‘pillan’ en la adolescencia o la juventud siempre suele mirarlas de forma distinta a cuando se hace mayor. Tiende a magnificarlas, sobre todo por eso que decía de asociarlas a vivencias personales. Pero no cabe duda que el paso del tiempo las ha tratado maravillosamente. Ambas son dos de las más grandes obras de un genio de la fiesta de Cádiz. Como otras más recientes, aunque ya hablamos de comparsas. Personalmente me quedo con ‘Los Millonarios’. En mi humildísima opinión roza la excelencia musical. Con las letras de sus pasodobles tengo un problema interno, y es que casi nunca estaba de acuerdo con ellas cuando hablaba de política. Pero de pronto te topas con un pasodoble como el de ‘Cádiz, tacita de plata’ y no puedes sino caer rendido y darle las gracias eternas por haber existido, por haber nacido en Cádiz, por haberse dedicado al Carnaval y por habernos dejado un legado que perdurará para siempre. Descanse en paz, Don Juan Carlos Aragón.

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