Javier Fornell

El vaso equilibrado

La perfecta sociedad bipartidista que funcionaba como un engranaje perfecto de teatro de sombras, se rompió y la maquinaría dejó de ser estable y comenzó a atascase

Javier Fornell

Mi amigo Daniel es un pesimista compulsivo, lo lleva a gala y lo defiende; yo, sin embargo, soy positivo e impulsivo. Así, mientras yo siempre veo el más favorable de los escenarios, él ve el peor, lo estudia, lo analiza y busca la mejor solución ... para el peor momento. Eso hace que seamos una sociedad bipersonal perfecta y complementaria; esa que está preparada para cuando se toca fondo y que es capaz de tomar decisiones correctas cuando la situación está bien, casi por impulso pero con una base sólida que permite el salto sin miedo caer. Al menos, mientras un tercer elemento no distorsione una relación establecida en ese juego de visiones para alcanzar el equilibrio. Ya saben: ni medio lleno, ni medio vacío.

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