EL APUNTE
La importancia de los símbolos
Doscientos gaditanos juraron ayer una bandera que representa no sólo la unión de los españoles, sino un compromiso con toda la ciudadanía
Cádiz siempre está a la altura. En las buenas y en las malas ha demostrado ser una ciudad fiel no sólo a sus tradiciones sino, también a sus símbolos. Tiene razones para hacerlo: conceptos como el honor, la patria y la soberanía popular surgieron en este rincón al sur de España y cristalizaron en la primera constitución. Lejos de la idea que desde la izquierda radical se quiere imponer de una España que reniega de sus símbolos, decenas de gaditanos se acercaron ayer hasta la plaza de la catedral para saludar y jurar fidelidad a la bandera. Un juramento que simboliza, porque las enseñas son representaciones, el compromiso ciudadano con el resto de españoles y con los valores que como sociedad nos hemos dado.
El acto era doblemente especial porque, además, subrayaba el compromiso de una institución tan arraigada en la sociedad gaditana, y tan blanco fácil de las críticas maliciosas como es el Ejército. Concretamente, el Regimiento de Artillería número cuatro fue quien, para conmemorar el 150 aniversario de su instalación en la provincia de Cádiz, organizó esta fiesta con la ciudadanía en pleno centro de la ciudad. El Regimiento de Artillería, en la línea de nuestras Fuerzas Armadas, ha querido conmemorar su fiesta fuera de los cuarteles, haciendo de su efeméride una fiesta compartida con unos gaditanos que no dejan de reconocer los beneficios que el Ejército de Tierra y la Armada han deparado a la provincia.
En la mañana de ayer los gaditanos salieron a la calle para recordarle a la sociedad la importancia de unos símbolos que representan compromiso. Que representan identidad. Que, en definitiva, nos representan a todos, a quienes creen en la importancia de tener una enseña que portar con orgullo y a quienes, por contra, se avergüenzan de la tierra que les cobija. Cádiz, como ya hizo ante las tropas de Napoleón, vuelve a mostrar el orgullo de alzar la bandera ante quienes pretenden convertir una mal entendida libertad en una excusa para atacar nuestro patrimonio.
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