De lechazo y bota
Hay una España no evidente a la que no va la gente no sé por qué. El lechazo con vino de Dehesa de los Canónigos me ha sentado mejor que una tortillita francesa con agua mineral
Vibran los trigales jóvenes y un cielo gris, sólido y bajo casi como el techo de un parking. En la verja junto a la que he parado la furgoneta, se amarran los jilgueros a trastear sus reclamos. Así vista, la Tierra de Pinares parece el ...
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