Gargantas profundas

En las últimas semanas, se ha hablado de la derogación, de la reforma, de la imposibilidad de derogación y de la afirmación de la derogación

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. EFE

Linda prueba con la garganta profunda y descubre que es lo que más le excita. Nixon quiso impedir la exhibición cinematográfica de la cinta y la censura de la Administración produjo el efecto contrario. Lograron condenar al actor principal. Le ofrecieron ser protagonista a cambio ... de 100 dólares. Linda mantuvo en el juicio que nunca cobró, lo hizo su marido por la suma de 1.250 dólares. Eso sí se lo tragó todo. No sólo lo hizo con Rems, el actor, también a Nixon, que fue tragado literalmente cuando saltó el escándalo Watergate. Una venganza en toda regla del que aspiraba a dirigir el FBI. La posibilidad de que éste, ‘Garganta profunda’ hubiera actuado por rencor había sido barajada. Y terminó por confirmar el presagio. El escándalo destapó múltiples abusos de poder por parte del gobierno de Nixon. A colación con la derogación de la reforma laboral, militantes, simpatizantes y votantes de la izquierda española del siglo XXI van a usurpar por derecho propio el nombre de tan insigne acontecimiento político sexual, según se mire. La gran familia de la izquierda, lo de grande lo digo porque representa al 50% de la población, traga todo lo que le echen encima. Lo que le pongan por delante se lo comen, lo lamen y se regocijan con todo ello. El problema es la indigestión posible de tanto tragar y tragar. Que se lo digan a Linda.

Desde la firma del Acuerdo de coalición progresista entre PSOE y Unidas Podemos en diciembre de 2019, advirtieron en el punto 1.2 la elaboración de un nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI y en el 1.3 textualmente se dice que, «derogaremos la reforma laboral. Recuperaremos los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012». Pues bien, en las últimas semanas, se ha hablado de la derogación, de la reforma, de la imposibilidad de derogación y de la afirmación de la derogación. La picha un lío. Pobre Linda.

Después de desdecirse en varias ocasiones, prácticamente a diario, más aún, en la misma alocución del ‘doctor honoris fraude’ lo afirma y lo niega, la portavoz del gobierno manifestó a colación con el embrollo que, es una mera cuestión semántica. Al final pienso que la discusión se va a centrar en primer lugar en la negoción colectiva (prevalencia aplicativa del convenio colectivo sectorial sobre el de empresa) y la ultra actividad de los convenios colectivos (derogación de las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo, haciéndolo llegar más allá de las previsiones contenidas en el mismo, tras la finalización de su vigencia y hasta la negociación de uno nuevo) y en segundo lugar, en atribuir un nuevo régimen jurídico a la subcontratación de empresas. De tal forma que, los supuestos de descentralización productiva en los casos de la misma actividad, exigirán la aplicación para los trabajadores de las subcontratas, las mismas condiciones de trabajo que la de los trabajadores de la empresa principal. En el documento del acuerdo se alude al «el reconocimiento de nuevos derechos de los trabajadores propios de la realidad económica, social y laboral actual, con la necesaria competitividad empresarial y el papel de la negociación colectiva como elemento de reequilibrio necesario». Es como no decir nada, papel mojado. Lo que es como un canto a Linda en plena actuación. El placer de decir tonterías es efímero. Nadie mejor que Linda sabe lo efímero del placer mundano.

La UE exige que la reforma, que no derogación, requiera del concurso de la Patronal. Califica ésta lo propuesto hasta ahora por el gobierno, días alternos y en la franja horaria PM, ya que los demás días y en franja horaria AM, dice lo contrario qu «es una operación política, no es un planteamiento de reforma laboral técnico». La ministra de Trabajo aludió anteayer que derogarla es «técnicamente imposible». No sé lo que pensará de todo esto Linda. Con seguridad que cavilará sobre las tragaderas hispanas. Con seguridad mayores que las suyas.

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