Las crisis de la crisis

La pandemia ha desencadenado una situación de crisis interdependientes. Las bases que sustentaban y sustentan nuestro Estado son extremadamente frágiles. La construcción institucional del Estado se viene derrumbando desde que el inefable ZP desgobernase nuestro país. La economía hace aguas desde 2007 y el empleo es un problema endémico, que impide construir una sociedad justa y próspera. España se derrumba. La nación ha desaparecido, porque han arrinconado a su líder, que es el Rey. El Estado se disuelve. Desde 1009, el califato de córdoba se desagregó en diferentes reinos. En el 31 deja de existir el califato. La concepción centrífuga del poder rompe el califato y la península se llena de reyes, reyezuelos, emires, jeques, imanes, shayj…Eran los prolegómenos del Estado de las autonomías. El Estado agoniza desde entonces. No aprendemos de la Historia. Por eso quieren imponérnosla. Quizás, aparezca en la versión oficial sacralizada por el poder, que la conquista islámica de la península fue legítima, e ilegítima la reconquista cristiana. En España todo es posible. Tanto, que somos ahora la punta de lanza en negativo de las diferentes crisis en lque nos vemos inmersos.

La crisis sanitaria ha mostrado la incapacidad gestora del gobierno. Ha puesto de manifiesto la sobrevaloración que se tenía de la sanidad pública, que ha hecho aguas por todos los flancos. La toma de decisiones políticas en un entorno muy complicado lo ha agravado. En su lugar, el Gobierno debió ponerse en manos de la ‘Ciencia’. Dijo que había un comité científico y nunca existió. No solamente son incapaces para gestionar, sino que son unos mentirosos psico-patológicos. Más de 60.000 muertos lo avalan. La mayor cifra en el mundo por habitantes.

La crisis económica. Período o situación negativa de la economía en el que se produce un empeoramiento sustancial de las variables económicas. No habíamos salido de la del 2007 y nos hemos metido de lleno en esta. Se ha derrumbado el PIB. La caída de más del 13% avalan el desastre. No sólo el gobierno quiere aplicar políticas de gasto desaforado y altos impuestos, sino que pretende aumentar la dependencia pública sobre un mayor porcentaje de la población. El mercado laboral se derrumba y las cifras de paro rebasarán a finales del año que viene, la estratosférica cifra de desempleo con Felipe González, por encima del 25%. Se debe al menor índice de productividad atribuible a la población activa española y a la mayor intensidad de la mano de obra en la estructura económica. Sólo se le ocurre como conclusión al Pacto de Toledo, que coticen los robots, como mecanismo de sostenimiento del Sistema de Seguridad Social, como vía de incremento de los ingresos.

La crisis política. El debate de la moción ha retratado una vez más la casta política española. Por la derecha, uno carga contra Europa, nuestro salvavidas. Nuestro espacio natural, donde las creencias cristianas ancestrales han posibilitado erigir el espacio socio-político-económico de mayor prosperidad del mundo. El otro, se ha situado por méritos propios, en el puesto de honor del índice Cipolla de la estupidez humana, ha roto el proyecto que podría arrebatar a la izquierda el poder. Desde luego ha conseguido que ‘el coletas’ no le llama ‘facha’ durante unos días. Yo me preocuparía por las alabanzas del imputado Vice iglesias. Pablito ya no es facha porque Pablete así lo ha decidido. Y para pirueta política, el doctor plagio se enroca en los principios cristianos de la Encíclica ‘Tuti fruti’. Estoy seguro que así la llamará este que copia tesis. El Papa le habrá dicho que ese no es el nombre, que eso es un vulgar helado italiano.

Crisis institucional. Han conseguido diluir el Estado por las cloacas. A lo mejor Villarejo ha tenido el encargo desde la Fiscalía General, por eso de las amistades y malas compañías, siendo nombrado para ello fontanero desatascador. Lo del CGPJ ha sido la penúltima tropelía. Pedro y Pablo, vaya par. Aquel es un fraude intitulado doctor. Éste es otro fraude intelectual corroborado cuando cita erróneamente la obra más popular de Kant, la ‘Crítica de la razón pura’, como «ética de la razón pura». A colación con lo que ahora acontece, decía el filósofo de Königsberg que «la necesidad» no reconoce ley. Hoy debemos insistir en que la necesidad debe estar gobernada por la Ley. El del moño como Kant se equivocan, todo un honor para el desaprensivo Vice. Quizás acertó en todo esto Locke, cuando decía que el poder debe estar ejercitado según las leyes establecidas y promulgadas. El pueblo debe saber cuáles son sus deberes y encontrar así su protección y seguridad dentro de los límites de la Ley. Todo lo contrario es la política de este Gobierno.